Descubren un vínculo entre el uso de antibióticos y el SARM
Mientras investigaba una bacteria resistente a medicamentos del tipo de la penicilina que provoca infecciones nosocomiales, un equipo de investigadores ha descubierto que su incidencia se reduce considerablemente al disminuir también la cantidad recetada de un antibiótico común de la familia de las fluoroquinolonas. Dicho equipo, dirigido por la Universidad St. George de Londres (Reino Unido), ha publicado sus hallazgos en Journal of Antimicrobial Chemotherapy. La bacteria evaluada por estos investigadores era el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), también llamado multirresistente, puesto que ha adquirido resistencia frente a los antibióticos betalactámicos. En estos se engloban los antibióticos de la familia de la penicilina, que se emplean asiduamente en los hospitales para prevenir y tratar infecciones. El SARM puede provocar infecciones graves de la dermis, la sangre, los pulmones y los huesos. Una vez iniciada la infección, el tratamiento con antibióticos comunes puede acarrear complicaciones graves. De 1999 a 2009, estos investigadores estudiaron las infecciones por SARM en el Hospital St. George. En concreto analizaron el modo en que se ha adaptado para sobrevivir en un entorno hospitalario y los factores que influyen en su prevalencia. Descubrieron una reducción acusada en la frecuencia del SARM que coincidió con la disminución en el hospital de las recetas de ciprofloxacina, el antibiótico prescrito con mayor frecuencia de la familia de las fluoroquinolonas. Durante un período breve del estudio, las recetas de ciprofloxacina disminuyeron de entre 70 y 100 dosis diarias por cada 1 000 camas ocupadas hasta aproximadamente 30 dosis. En ese mismo período, el número de pacientes a los que se detectó en laboratorio una infección por SARM se redujo a la mitad, de una media de 120 mensuales a unos 60. Durante los últimos dos años del estudio, tanto la cantidad de recetas del fármaco como la prevalencia del SARM se mantuvieron a estos niveles reducidos. Los síntomas de la infección por SARM son diversos, pudiendo ser muy leves o muy graves, pero se desconoce cuántos de los casos examinados en este estudio fueron graves. El estudio se centró en si otros factores, como la aplicación de mejores medidas para el control de infecciones, pudieron haber contribuido a la disminución de la cantidad de éstas. Sin embargo, y tras implantar políticas más rigurosas de control, como por ejemplo mejoras en la limpieza y en el lavado de manos así como el análisis de la presencia de SARM al ingreso hospitalario de todo paciente, la única reducción notable en la frecuencia de las infecciones coincidió con la bajada en las recetas de ciprofloxacina. La autora principal del trabajo, la Dra. Jodi Lindsay, profesora de patogénesis microbiana en la Universidad St. George, declaró: «Sorprendentemente, las principales razones de la disminución del SARM en el hospital no fueron ni la higiene ni el lavado de manos sino, al parecer, el cambio en el uso de un grupo concreto de antibióticos. El lavado de manos y el control de las infecciones son importantes, pero no bastan para explicar la disminución del SARM que observamos.» Según Lindsay, del estudio se desprende que el SARM se aprovecha de la ciprofloxacina, y de las fluoroquinolonas en general, para propagarse en los hospitales, así como de los medicamentos del tipo de la penicilina, lo cual ya se suponía. El grupo de antibióticos de las fluoroquinolonas presenta un mecanismo de acción suficientemente parecido como para suponer que todos darían el mismo resultado. Lindsay añadió que estos hallazgos llevan a pensar que el método más eficaz para controlar el SARM y otros superbacterias nosocomiales pasa por buscar maneras alternativas de utilizar los antibióticos en lugar de centrarse simplemente en las técnicas de control de las infecciones. Además, los investigadores identificaron la cepa CC22 del SARM como una cepa dominante. Ésta ha prosperado adquiriendo y manteniendo una polifarmacorresistencia que le ha permitido ser más fuerte que otras cepas para sobrevivir en las superficies de los hospitales. El Dr. Tim Planche, consejero de microbiología del Healthcare NHS Trust del citado hospital y también firmante del estudio, subrayó la importancia de estos descubrimientos: «Nuestro centro presenta actualmente unas tasas de infección que se encuentran entre las más bajas de Londres. Ha conseguido reducir el número de casos en los últimos cinco o seis años valiéndose de una combinación de medidas estrictas de higiene y un uso selectivo y muy cuidadoso de los antibióticos. Estos resultados resultan muy ilustrativos y sin duda animan a profundizar en la investigación. Podrían facilitar el desarrollo futuro de estrategias de control de infecciones aún más eficaces.» Por su parte Lindsay afirmó que, para determinar qué intervenciones funcionan, cuáles son rentables y cuáles prometen los resultados óptimos a largo plazo será esencial estudiar la evolución dinámica de las cepas bacterianas del SARM en los hospitales en función de las intervenciones y los cambios en las prácticas seguidas, como las relacionadas con el control de infecciones y la receta de antibióticos. «En cualquier caso, diría que se nos presenta una oportunidad excelente de controlar superbacterias en hospitales replanteándonos de qué manera recetamos los antibióticos y cerciorándonos de que los empleamos de la manera más eficaz posible.»Para más información, consulte: Universidad St. George de Londres: http://www.sgul.ac.uk/ Journal of Antimicrobial Chemotherapy: http://jac.oxfordjournals.org/
Países
Reino Unido