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Los cigarrillos son más dañinos para las mujeres que para los hombres, según un estudio

Fumar tabaco provoca un daño arterial mayor a las mujeres que a los hombres, según indica un nuevo estudio financiado con fondos europeos. La cantidad de exposición al tabaco durante la vida de una persona influye en el grosor de las paredes de las arterias carótidas, tanto en...

Fumar tabaco provoca un daño arterial mayor a las mujeres que a los hombres, según indica un nuevo estudio financiado con fondos europeos. La cantidad de exposición al tabaco durante la vida de una persona influye en el grosor de las paredes de las arterias carótidas, tanto en los hombres como en las mujeres, pero el efecto en éstas es doble. Este hallazgo es resultado del proyecto IMPROVE («Grosor íntima-media (GIM) carotídeo y progresión de éste como factores predictivos de complicaciones vasculares en una población de riesgo alto»), un estudio epidemiológico a gran escala al que se concedió una subvención de 2,5 millones de euros a través del programa temático «Calidad de vida y gestión de recursos vivos» (LIFE QUALITY) del Quinto Programa Marco (5PM) de la UE. La Sociedad Europea de Cardiología difundió recientemente un estudio en el que se había incluido a casi 3 600 personas (1 694 hombres y 1 893 mujeres) de Francia, Italia, Países Bajos, Finlandia y Suecia. Empleando una técnica sofisticada de ecografía se midió el engrosamiento de las paredes de sus carótidas y se comprobó la presencia de placas en las mismas. Las carótidas son arterias que suministran sangre oxigenada a la cabeza y el cuello. Además de descubrir que a las mujeres les afecta más la cantidad de exposición al tabaco, lo cual viene determinado por el grosor de las paredes de las arterias carótidas, el efecto del número de cigarrillos fumados al día sobre la evolución de la enfermedad es cinco veces mayor en las mujeres. Cabe aclarar que estas asociaciones no son dependientes de otros factores que podrían influir en la aterosclerosis, como la tensión arterial, el nivel de colesterol, la presencia de obesidad, la edad y la extracción social. En relación a los resultados del estudio, la profesora Elena Tremoli del Instituto de Ciencias Farmacológicas de la Universidad de Milán (Italia), quien además es directora científica del Centro de Cardiología Monzino de Milán, declaró: «Se trata de un hallazgo de especial relevancia, máxime cuando las campañas de concienciación realizadas en los últimos años han alcanzado una efectividad menor por lo que se refiere a reducir el número de fumadoras.» La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que, pese a que la mayoría de los países europeos han registrado una bajada considerable en el número de hombres fumadores, incluidas Italia y Finlandia, el número de fumadoras sigue siendo prácticamente el mismo en los últimos treinta años. Los datos indican incluso un incremento en España y Francia. «Aún se desconocen las razones de que el consumo de tabaco tenga un efecto mayor en las arterias de las mujeres», reconoció Tremoli, directora del proyecto, «pero hay indicios de que podría deberse a una relación compleja entre el humo, procesos inflamatorios y la aterosclerosis.» Además, los investigadores señalan que, aparte del tabaco, hay otros factores que ejercen un efecto diferencial en las arterias de los dos sexos, siendo el nivel de estudios uno de ellos. Según los hallazgos, mientras que los hombres con un nivel de estudios inferior presentaban un mayor engrosamiento de las paredes arteriales que los hombres con un nivel de estudios superior, este fenómeno no se cumple entre las mujeres. También es mayor la proporción de mujeres que están protegidas frente a los efectos nocivos de las inflamaciones sistémicas. El estudio IMPROVE ha puesto de relieve la importancia de la asociación entre el engrosamiento de la pared arterial por un lado, y la concentración de la proteína C reactiva (PCR) y el nivel de leucocitos por otro. Estos dos índices de inflamación son muy intensos en los hombres pero inexistentes en las mujeres. «No obstante conviene mencionar que, cuando fuman, las mujeres pierden su protección contra el efecto nocivo de la inflamación», puntualizó la investigadora italiana. «En concreto, si estratificamos la población femenina conforme a su consumo de tabaco, se observa que entre las mujeres que fuman, y sobre todo las más fumadoras, la relación entre PCR y engrosamiento de la pared arterial se asemeja a la observada en los hombres», añadió. «Es bien sabido que las mujeres poseen una protección "natural" contra las enfermedades cardiovasculares, sobre todo antes de la menopausia, y este hecho ha motivado que los profesionales de la salud y los investigadores presten menos atención a la incidencia de esta enfermedad en las mujeres. Las propias mujeres suelen creer que son menos vulnerables a los daños que ocasionan los factores de riesgo cardiovascular, tales como la hipertensión, el colesterol, una dieta con contenido elevado en grasas saturadas y, por último, el consumo de tabaco. Pero nuestros resultados lo desmienten, al menos por lo que se refiere a este último factor.» IMPROVE concluyó en 2007, y las diferencias entre sexos en lo referente al tabaco no estaban entre los objetivos primordiales del estudio. Este trabajo reciente ofrece un buen ejemplo de cómo, trascurridos entre tres y cinco años desde la clausura de los proyectos, siguen surgiendo resultados trascendentales y datos interesantes a partir de estudios académicos. También deja patente que los responsables de muchos de los proyectos siguen ahondando en sus resultados y publicando mucho después de la fecha oficial de finalización. Para más información, consulte: Sociedad Europea de Cardiología: http://www.escardio.org/Pages/index.aspx Ficha del proyecto IMPROVE en CORDIS: https://cordis.europa.eu/project/id/QLG1-CT-2002-00896/es

Países

Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Suecia

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