Sobre la accesibilidad de Venus
Los datos más recientes de la misión Venus Express de la Agencia Espacial Europea (ESA) muestran que la atmósfera que cubre los polos del lucero del alba es un 60% menos densa de lo esperado. Esta información procede de una serie de vuelos bajos en los que la sonda ha atravesado la zona superior de la atmósfera tóxica del planeta Venus. Es la primera vez que se realiza este experimento y como resultado se han obtenido hasta ahora diez mediciones. Las maniobras comenzaron en julio de 2008 y se han repetido en agosto de 2008, octubre de 2009, febrero de 2010 y abril de 2010. Con ellas se espera obtener información crucial de la densidad de la atmósfera venusiana, que posee una altitud de aproximadamente 250 kilómetros (km). La aeronave mantiene una órbita elíptica de 24 horas alrededor de Venus, un viaje de ida y vuelta que la acerca hasta los 250 km y la aleja hasta una distancia de 66.000 km del planeta. En el tramo más alejado, la ruta de la Venus Express se ve modificada ligeramente debido al influjo del campo gravitacional del Sol, y para compensar este desajuste se encienden los motores de la sonda cada 45 días aproximadamente. No obstante, el combustible necesario para realizar este proceso se agotará en 2015. La disponibilidad de datos precisos sobre la densidad de la atmósfera de Venus permitirá al centro de control de la misión evaluar las posibilidades de situar la nave en una órbita más baja, lo que permitirá ahorrar combustible, alargar la vida útil de la misión y prolongar una aventura que ya ha superado las expectativas iniciales. Pero según el Dr. Rosenblatt, del Real Observatorio de Bélgica y miembro del equipo: «Podría ser peligroso enviar la aeronave al interior de la atmósfera sin conocer antes la densidad de la misma». El equipo está sopesando distintas opciones para aprovechar el rozamiento de la atmósfera de Venus para colocar la sonda en una órbita más baja. Este cambio podría reducir a la mitad el tiempo que emplea ahora para rodear el planeta y generar nuevas oportunidades de medición. El establecimiento de una nueva órbita supondría no obstante la realización de maniobras complicadas y convertir la relación hasta ahora sencilla de la aeronave con Venus en una «atracción fatal». «Aún no se han fijado plazos porque es necesario realizar varios estudios adicionales», indicó el Dr. Hakan Svedhem, científico del Proyecto Venus Express de la ESA. «Si los experimentos nos demuestran que podemos llevar cabo estas maniobras con seguridad podríamos bajar la órbita a principios de 2012.» Independientemente de la decisión que se adopte, la capacidad de obtener estas mediciones es un logro por sí mismo, pues los instrumentos de la nave no se diseñaron para tomar muestras de la atmósfera de forma directa. En su lugar, la densidad se calcula en función de la deceleración que experimenta la nave al introducirse en la atmósfera venusiana y que se observa desde las estaciones de seguimiento por radio ubicadas en la Tierra. Para ampliar las capacidades de observación de la misión, los responsables de la misma del Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) de Darmstadt (Alemania) situaron las velas solares de la aeronave de forma que le obliguen a girar en círculos al entrar en la atmósfera. Para crear el movimiento giratorio, una de las velas se ha situado de cara mientras que la segunda permanece plana. Esta maniobra tan peculiar ha permitido descubrir diferencias considerables en la densidad atmosférica entre la cara iluminada por el Sol y la opuesta del planeta. La Venus Express logró penetrar 75 km en la atmósfera durante un vuelo bajo en abril de 2010, situándose a 175 km de la superficie. El 11 de octubre tratará de aproximarse hasta 165 km. Aparte de las consideraciones sobre la órbita y la vida útil de la nave, estas inesperadas observaciones del espacio extraterrestre ya han aportado datos nuevos e interesantes. «No podíamos observar esta región con nuestros instrumentos porque la atmósfera es demasiado poco densa como para generar registros, pero ahora estamos tomando muestras de forma directa», indicó el coordinador del equipo, el Dr. Ingo Mueller-Wodarg del Imperial College de Londres (Reino Unido). Los científicos encargados de la misión están investigando ahora la razón de tan baja densidad en los polos del planeta, un fenómeno que puede ser un indicio de procesos naturales no conocidos.
Países
Bélgica, Alemania, Reino Unido