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Los primeros europeos nórdicos habitaron la costa británica

En artículo publicado en la revista Nature se indica que el norte de Europa estuvo poblado hace 780.000 años, una fecha bastante anterior a la mantenida hasta ahora por la comunidad científica. Los objetos humanos prehistóricos descubiertos son unas setenta lascas y herramient...

En artículo publicado en la revista Nature se indica que el norte de Europa estuvo poblado hace 780.000 años, una fecha bastante anterior a la mantenida hasta ahora por la comunidad científica. Los objetos humanos prehistóricos descubiertos son unas setenta lascas y herramientas de pedernal halladas en Happisburgh, una aldea situada en la costa nororiental de Norfolk (Reino Unido). Además de retrasar la fecha de la primera ocupación conocida del Reino Unido, este descubrimiento supone el primer indicio de la supervivencia de humanos prehistóricos en un clima relativamente hostil. La investigación podría propiciar la revisión de la historia de la colonización de Europa y de la capacidad de los humanos primitivos para adaptarse a entornos desfavorables. Los humanos comenzaron a abandonar África, su origen, y colonizar el resto del planeta hace cerca de 1,8 millones de años en dirección Este hacia Indonesia y Oeste hacia la Península Ibérica. No obstante, hasta ahora se consideraba que estos humanos se mantuvieron en climas templados y no se aventuraron en demasía más arriba de los Alpes. Las raras ocasiones en las que las migraciones tomaron rumbo norte se debieron a que el clima era mucho más cálido que en la actualidad. Por ejemplo, hay indicios de que hasta el Reino Unido llegaron humanos hace unos 700.000 años, cuando la región disfrutaba de un clima semejante al mediterráneo. Sin embargo, el clima de Happisburgh hace 780.000 años era similar al del Norte de Escandinavia en la actualidad. Estos hombres prehistóricos habrían sufrido temperaturas medias invernales de -3°C y las pocas horas de luz disponibles cada día habrían limitado el tiempo que podían emplear en actividades de recolección o caza. En dicha época la mayor parte del norte de Europa estaba cubierta de bosques de coníferas, vegetación que no favorece la profusión de alimentos. No obstante, la región de Happisburgh ofrecía por aquel entonces varias ventajas. El Reino Unido estaba comunicado en dicha época con el resto de Europa mediante una gran lengua de tierra y el Támesis desembocaba en el Mar del Norte junto a Happisburgh. Estos factores generaron una serie de hábitats como pozas de agua dulce, marismas, una línea de costa y praderas. Todos ellos habrían proporcionado a estos humanos prehistóricos alimentos esenciales en invierno como raíces y tubérculos, mariscos, algas y grandes rumiantes. Simon Parfitt, del University College de Londres (Reino Unido), describe la zona con detalle. «La llanura aluvial estaría dominada por praderas que sustentarían a una gran variedad de herbívoros como el mamut, el rinoceronte y el caballo», explica. «Entre los depredadores, hienas, mamíferos dientes de sable y por supuesto humanos.» En esta investigación se plantea la incógnita de la identidad de estos europeos nórdicos, pero hasta ahora no se han hallado restos humanos fosilizados en el yacimiento estudiado. «Los humanos que fabricaron los utensilios de Happisburgh podrían guardar relación con los habitantes de Atapuerca (España), de época similar, asignados a la especie Homo antecesor», especula Chris Stinger del Museo de Historia Natural de Londres. También queda por esclarecer cómo soportaban estos humanos prehistóricos el entorno frío de la época. «No se sabe con certeza si la expansión hacia latitudes septentrionales de temperatura invernal más fría precisó de una adaptación física humana, migraciones estacionales o avances tecnológicos en aspectos como la caza, la vestimenta, el empleo de refugios o el control del fuego», indica el equipo. De cara al futuro, estos investigadores confían en que la playa de Happisburgh guarde más secretos. La costa de Norfolk es extremadamente propensa a la erosión, por lo que es frecuente que el mar deje al descubierto yacimientos antiguos. «Los sedimentos, repartidos por unos 80 kilómetros de costa, pertenecen a un periodo crítico del inicio de la prehistoria humana y suponen un recurso arqueológico que apenas se ha explotado», explican los científicos. «Habrá más investigaciones sobre los sedimentos de esta región y cabe la posibilidad de que revelen más vestigios de la presencia humana en el norte de Europa, puede que anteriores a los ya encontrados.»

Países

Australia, Países Bajos, Reino Unido

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