Herbáceas para obtener energía ecológica
Un equipo de investigadores financiado con fondos comunitarios ha descubierto que ciertos tipos de hierba pueden ser utilizados para producir energía sin perjudicar al medio ambiente. El proyecto BIOGREEN («Biomasa, recuperación, regeneración: reutilización de terrenos industriales abandonados para cultivos dedicados a la obtención de energía renovable») recibió 1,2 millones de euros mediante el programa de investigación comunitario «LIFE-Medio Ambiente». Bajo la dirección del «Centro de Tierra y Agua Contaminada» de la Universidad de Teesside (Reino Unido), el equipo trató de demostrar la viabilidad de reutilizar terrenos industriales abandonados para cultivos dedicados a la obtención de energía renovable. Estos terrenos industriales y comerciales abandonados o en desuso se consideran idóneos para aplicar procesos de reconversión. Los investigadores, que iniciaron el proyecto en 2004, han descubierto que la Phalaris arundinacea (hierba cinta) es un candidato muy bueno para su cultivo en este tipo de terrenos y que puede emplearse en centrales alimentadas con biomasa e incluso calderas en centros escolares. La hierba cinta es una herbácea perenne que crece en Europa, Norteamérica, norte de África y Asia. En el Reino Unido se utiliza para fabricar ladrillos y pastillas de energía. Expertos en la materia afirman que no es perjudicial para el medio ambiente pues no contribuye a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero ni el cambio climático. Además de la hierba cinta se investigó con otros cuatro tipos de plantas y sauces, además de con mijo y cañas del género Miscanthus utilizadas en gran medida en centrales energéticas de biomasa en la región. «Nos hemos ceñido a la hierba cinta por su facilidad para crecer en suelos poco fértiles y contaminados por actividad industrial», explicó el Dr. Richard Lord, profesor adjunto de Sostenibilidad y Geoquímica Medioambiental de la Universidad de Teesside. «Su importancia reside en que en zonas como Teesside, y en otras semejantes en todo el país, hay grandes extensiones de tierras marginales o industriales abandonadas en las que es posible cultivar la hierba cinta», añadió. «El aprovechamiento de estos terrenos supone que la hierba puede cultivarse sin restar espacio a cultivos dedicados a la producción de alimentos, una de las inquietudes principales para quienes se dedican a los biocombustibles y la biomasa.» Cuando la hierba madura tras dos años de crecimiento, se siega y almacena en fardos antes de fabricar con ella ladrillos o pastillas de energía. «Las combustiones experimentales mostraron que la hierba cinta no recoge contaminación del suelo y produce un combustible bueno y limpio», indicó el Dr. Lord. «Las posibilidades de la hierba cinta son grandes, ya que puede emplearse en terrenos industriales abandonados que afean el paisaje y al mismo tiempo produce un combustible excelente en un momento en el que el planeta necesita desesperadamente nuevas formas de energía ecológica», continuó. «Nuestra investigación sugiere que también mejora la calidad del suelo y la diversidad en las zonas en las que se cultiva. En estos momentos estudiamos formas de vender la idea y nos encontramos en negociaciones con varios gestores de importantes centrales de biomasa.» Los expertos afirman que los cultivos que se queman con la intención de obtener combustible entran dentro de la categoría de «energía renovable». Al quemar biomasa se libera a la atmósfera una cantidad de dióxido de carbono (CO2) que se vuelve a eliminar de la misma cuando crecen de nuevo los cultivos. Por tanto, se entiende que los biocombustibles poseen un balance neutro de carbono debido a que no influyen en la concentración de CO2 en la atmósfera.
Países
Reino Unido