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Redes comunitarias en pos de un internet más democrático y con mayor conciencia social

Las empresas controlan internet para obtener sus propios beneficios, pero con grandes costes sociales. Sin embargo, puede hacerse de otra forma.

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El internet de hoy en día se parece poco a su concepto original, que consistía en fomentar el intercambio libre de información. En la actualidad, los intereses empresariales se oponen a esa finalidad. Las grandes empresas de telecomunicaciones controlan la plataforma fundamental. Incluso las empresas más grandes controlan la mayoría de las principales aplicaciones de servicios. Además, internet ha absorbido muchos medios de comunicación clásicos, como los periódicos y las redes de telefonía, de modo que ahora prácticamente todas las comunicaciones se basan en internet y son de carácter comercial. Estas empresas opacas ostentan, por tanto, un enorme poder, incluida la capacidad de espiar a los usuarios. A pesar de los problemas de internet, no tener acceso es aún peor y equivale a una posición de desventaja y exclusión social. Muchos consideran que estos hechos son negativos desde el punto de vista social, sobre todo porque violan la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en lo relativo a la libertad de comunicación. El proyecto financiado con fondos europeos netCommons promovió un concepto alternativo llamado «redes comunitarias» (RC). Se trata de iniciativas ascendentes destinadas a construir y explotar infraestructuras locales y colectivas para el acceso a internet. El nombre del proyecto proviene del concepto económico de los bienes comunes; el grupo del proyecto fue el primero en aplicarlo a un dominio tecnológico. netCommons proporcionó a las RC soporte de «software», además de influir en las leyes y políticas europeas en favor de estas redes. Un internet injusto Los investigadores del proyecto determinaron que internet, tal como se organiza actualmente, lleva a la sociedad hacia una estructura más centralizada y menos democrática. El profesor Renato Lo Cigno, coordinador del proyecto, declara: «A modo de analogía, internet hoy en día es como un sistema de transporte que no todo el mundo puede utilizar, y en el que una entidad de control privada decide de forma local las marcas y los modelos de los coches que circulan por las carreteras». Además de detallar los problemas de internet, los investigadores del proyecto llegaron a la conclusión de que pueden resolverse y que es posible un internet más democrático y con mayor conciencia social. Tal estructura organizativa sería sostenible y serviría de apoyo a una economía circular en lugar de una economía explotadora. Herramientas y políticas nuevas Los logros del proyecto incluyeron el desarrollo de herramientas de «software» para las RC; una supervisa automáticamente las redes mediante un nuevo método descentralizado y las otras tres están destinadas a usuarios particulares. Una de ellas, creada en un proyecto anterior de la Unión Europea (UE) llamado CLOUDY, ofrece servicios de almacenamiento en la nube, pero de forma privada y mucho más barata que las opciones comerciales. La siguiente herramienta también se creó en un proyecto anterior financiado con fondos europeos (PeerStreamer) y permite la transmisión de vídeo entre pares de una forma barata y distribuida compatible con las filosofías de las RC. Por último, el equipo desarrolló una aplicación Android para una RC en concreto: la comunidad de agricultura inteligente de Sarantaporo (Grecia). Otro de los principales resultados de netCommons fue el cambio en la política del Código Europeo de las Comunicaciones Electrónicas. El proyecto, en asociación con otros grupos de defensa, propuso decenas de modificaciones a las disposiciones de la legislación de la UE que sitúan en desventaja a las RC. Los cambios promulgados reservan en parte determinadas bandas de radio para las redes wifi basadas en la comunidad, al tiempo que obligan a los grandes operadores a compartir las redes de fibra óptica y el acceso a los intercambios de internet. Y lo que es más importante, los cambios protegen la neutralidad de la red, sin la cual los proveedores de servicios pueden bloquear nuevos servicios e impedir la innovación. El profesor Lo Cigno concluye: «Las leyes y normativas deberían beneficiar a las personas y no a las empresas o los oligopolios. Internet puede ser el medio principal para ayudar a evitar que la sociedad degenere en una oligarquía». Los esfuerzos de netCommons, al ayudar al surgimiento de una cultura más saludable de la gestión de internet, también pueden dirigir el cambio social hacia esa dirección.

Palabras clave

netCommons, internet, comunicación, gestión de internet, redes comunitarias, «software», medios de comunicación, Código Europeo de las Comunicaciones Electrónicas, neutralidad de la red

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