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La secuenciación del genoma de parásitos como herramienta para el desarrollo de fármacos

Se han secuenciado los genomas de dos parásitos causantes de la esquistosomiasis, una enfermedad tropical discapacitante también denominada bilharziosis. Los descubrimientos se han publicado en sendos artículos en la revista Nature. Además de poner de relieve una serie de posi...

Se han secuenciado los genomas de dos parásitos causantes de la esquistosomiasis, una enfermedad tropical discapacitante también denominada bilharziosis. Los descubrimientos se han publicado en sendos artículos en la revista Nature. Además de poner de relieve una serie de posibles dianas farmacológicas, los científicos destacan varios fármacos ya existentes que podrían resultar eficaces contra la enfermedad. La esquistosomiasis la provocan unos gusanos parasitarios diminutos que pasan una parte de su ciclo vital en humanos y otra parte en caracoles de agua dulce. Los caracoles liberan gradualmente en el agua las larvas del parásito. Cuando una persona vadea esa masa de agua contaminada o se baña en ella, las larvas del gusano se adhieren a su piel y penetran en ella hasta alcanzar el torrente sanguíneo. Una vez han madurado, las hembras del parásito ponen huevos en las paredes del intestino. Por último, abandonan el organismo humano por medio de las heces. Si tienen la fortuna de ir a parar a aguas donde habitan los mencionados caracoles, su ciclo vital comienza de nuevo. Los síntomas de esta infección son anemia, diarrea, hemorragias internas y daño en diversos órganos. Esta enfermedad tropical, a la que apenas se presta atención, afecta a más de 200 millones de personas en 76 países, y sólo en el África subsahariana acaba con la vida de unas 200.000 personas al año. En la actualidad se trata a los pacientes administrándoles praziquantel, un fármaco económico y efectivo que, no obstante, no evita que el paciente vuelva a contraer la enfermedad con posterioridad. Además, se teme que los parásitos lleguen algún día a desarrollar resistencia a dicho fármaco, y por esta razón la comunidad científica desea encontrar alternativas. Los estudios referidos se centraron en el Schistosoma mansoni, que se encuentra en África, algunas zonas de Oriente Próximo, Brasil, Venezuela y algunas islas de las Indias Occidentales, y en el Schistosoma japonicum, que es más común en el sur de China, Filipinas y algunas zonas de Indonesia. Un análisis de su genoma desvela la estupenda adaptación del gusano a su estilo de vida. Cuenta con un gran número de genes que codifican enzimas que a su vez descomponen proteínas, las cuales habilitan al gusano para agujerear la piel y otros tejidos del huésped. Además, posee un sistema sensorial complejo que le permite analizar las sustancias químicas, las condiciones de luz y la temperatura del medio acuático y del huésped. «Esta secuenciación genómica catapulta la investigación sobre la esquistosomiasis a una nueva época», aseguró el autor principal del estudio sobre el S. mansoni, el Dr. Matthew Berriman, del Wellcome Trust Sanger Institute. «Proporciona una base fundamental para comprender diversos aspectos de la compleja biología del parásito, y también un medio para identificar de inmediato nuevas dianas farmacológicas.» Los investigadores confían en que, comparando los genomas de estos parásitos tan afines entre sí, recabarán más información sobre sus mecanismos biológicos y, así, impulsarán la creación de nuevos fármacos. El equipo que estudió el S. mansoni también identificó 120 enzimas de los parásitos que, si fueran bloqueadas por medios farmacológicos, afectarían al metabolismo de estas criaturas. Asimismo, identificaron un grupo de fármacos existentes que podrían ser eficaces contra la esquistosomiasis. «Esta lista supone un buen punto de partida, pero sin duda hacen falta más investigaciones para determinar si alguno de los compuestos serviría también para tratar la esquistosomiasis», apuntó el Dr. Martin John Rogers, del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos. Por otra parte, estos hallazgos ayudan a comprender mejor la evolución de los animales simples. «Los Schistosoma, como el S. mansoni, son unos platelmintos o gusanos planos en cuyo estudio no ha profundizado la biología», explicó el Dr. Berriman. «La secuencia de su genoma nos permite comprender mejor la evolución de los animales simples. El "diseño" de sus cuerpos tiene características en común con el "plan" de todos los animales, desde los peces hasta los humanos.» Pero el objetivo primordial de la nueva investigación era dar con nuevas dianas farmacológicas. «La infección crónica por parásitos del tipo Schistosoma causa graves molestias a millones de personas de países tropicales de todo el mundo, y puede incluso resultar mortal», declaró Anthony Fauci, director del NIAID. «Hay una necesidad acuciante de dar con nuevos fármacos y otras intervenciones para reducir el impacto de una enfermedad que perjudica a la calidad de vida y ralentiza el desarrollo económico.»

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