La política de innovación en tiempos de crisis: el grupo «Conocimiento al Servicio del Crecimiento»
«Antes de la crisis, la pregunta era cómo puede Europa mejorar su rendimiento en el ámbito de la innovación con respecto a los Estados Unidos. En el contexto de la crisis económica actual, Estados Unidos y Europa ven en la innovación el motor que nos sacará del pozo en el que han caído nuestras economías», afirmó Bart van Ark, de The Conference Board, en el congreso de clausura del grupo «Knowledge for Growth» (K4G, «Conocimiento al Servicio del Crecimiento») celebrado el 25 de junio en Bruselas (Bélgica). El Comisario de Ciencia e Investigación de la UE, Janez Potocnik, creó el K4G en el año 2005. Desde entonces, le ha brindado asesoramiento del más alto nivel en varios temas: la contribución del conocimiento al crecimiento sostenible y la prosperidad; qué combinación de políticas son capaces de impulsar la creación, la difusión y el empleo de conocimientos; y la función que pueden desempeñar distintos agentes en la creación de la sociedad del conocimiento. Entre otros temas, sus recomendaciones han influido en avances recientes realizados en la creación del Espacio Europeo de Investigación (EEI). El congreso de clausura del grupo se celebró en un momento especialmente oportuno, debido a la situación de crisis económica que se atraviesa. Muchos oradores citaron el dicho anglosajón de que no se debe perder la oportunidad de una crisis. No obstante, según indicó el profesor van Ark, es más fácil decirlo que cumplirlo. La demanda disminuye, el acceso al capital es cada vez más complicado, los trabajadores cualificados están siendo despedidos y las empresas tienen dificultades para sobrevivir. En este ambiente, se centran en el corto plazo y tienen pocos incentivos para innovar. No obstante, tal y como indicó el Comisario Potocnik, «la historia nos enseña que las inversiones realizadas en investigación e innovación han sido de la mayor utilidad, cuando la idea general es que eran lujos.» Tanto el iPod como los motores más eficientes se desarrollaron durante la última crisis económica, indicó. Con ello en mente, muchos oradores subrayaron la necesidad de que tanto el sector público como el privado aumenten la financiación para investigación. En la situación actual, es muy poco probable que la UE logre el objetivo de dedicar el 3% del PIB (Producto Interior Bruto) a investigación para el 2010. Gran parte de la atención se centró en la necesidad de emplear los recursos de forma más eficaz. Buena parte del debate se dedicó al plan de programación conjunta de la UE, mediante el que los Estados miembros pueden aunar recursos y cumplir una agenda de investigación común sobre un tema determinado. Si bien este plan supone un paso en la dirección correcta, muchos de los presentes coincidieron en que no es suficiente. «Lo más adecuado es desarrollar las actividades de investigación financiadas con fondos públicos a escala europea», declaró Luc Soete de la Universidad de las Naciones Unidas en Maastricht (Países Bajos). «Antes o después deberemos disponer de políticas de investigación comunes; la programación conjunta no es suficiente.» Un tema que surgió a lo largo del día en distintas ocasiones fue el de la importancia de mejorar la difusión del conocimiento. «No basta con crear nuevos conocimientos, es necesario además difundirlos», declaró el Comisario Potocnik. Roland Sommer, de la Federación de Industrias Austríacas, indicó que la brecha digital no es un problema técnico, sino que tiene su origen en la difusión y la educación. Dominique Foray, de la École Polytechnique Fédérale de Lausanne (Suiza) y vicepresidente del grupo K4G, añadió que si se consigue que todas las empresas adopten las tecnologías más eficientes, se contribuiría a la lucha contra el cambio climático. De mismo modo, el profesor van Ark apuntó que el sector servicios, especialmente en Europa, podría aprovechar mucho mejor las TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones).