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Identifican un gen oncosupresor

Un equipo científico financiado con fondos comunitarios ha descubierto un gen fundamental para impedir la formación de tumores cancerosos. Estos hallazgos podrían contribuir al desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer y de herramientas de diagnóstico para determinar ...

Un equipo científico financiado con fondos comunitarios ha descubierto un gen fundamental para impedir la formación de tumores cancerosos. Estos hallazgos podrían contribuir al desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer y de herramientas de diagnóstico para determinar cuáles son los más eficaces. El proyecto CANCERDIP («Utilización de la inmunoprecipitación de ADN metilado, MeDIP, para un mejor tratamiento médico del cáncer») recibió fondos comunitarios a través del tema «Salud» del Séptimo Programa Marco (7PM). Este gen interviene en la producción de microARN, cadenas cortas de ácido ribonucleico (ARN) que regulan la intensidad de la actividad de otros genes activándolos y desactivándolos cuya actividad oncosupresora se ha demostrado en el pasado. En estudios anteriores se descubrieron niveles anormales de microARN en varios tipos de tumores cancerosos. En este nuevo estudio, publicado en la revista Nature Genetics, un grupo de científicos de Finlandia, Portugal, España, Japón y Estados Unidos examinó una serie de estirpes celulares causantes de cáncer colorrectal, endometrial y gástrico en busca de mutaciones en los genes responsables de la fabricación de determinadas proteínas que intervienen en la producción de microARN. Estos análisis revelaron que dos de las muestras presentaban mutaciones del gen TARBP2. El gen TARBP2 fabrica una proteína imprescindible para la producción de microARN. Asimismo, estas mismas muestras presentaban niveles anormalmente bajos de microARN. Sin embargo, al introducir una copia sana del gen TARBP2 en la célula, los niveles de mircoARN volvieron a la normalidad, lo que demuestra que la proteína que fabrica el gen TARBP2 es primordial para la producción de microARN. Una serie de experimentos posteriores revelaron que el gen TARBP2 había mutado en una cuarta parte de las 282 muestras de tumores humanos analizadas. «Es la primera vez que se apunta a las alteraciones en un gen que interviene en la producción de microARN como factor fundamental en un amplio espectro de tumores humanos», comentó el Dr. Manuel Esteller del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO, España). «Muchos otros genes de las células con estas mutaciones presentan una expresión aberrante debido a que TARBP2 actúa como "guardia de tráfico" y regula la actividad de muchos genes.» Cabe destacar que el microARN producido por el gen TARBP2 se había relacionado en estudios anteriores con la capacidad para inhibir la aparición de tumores. Cuando los científicos analizaron los niveles de actividad de varios genes responsables de la aparición del cáncer (oncogenes), descubrieron que eran más elevados en las células en que el gen TARBP2 había mutado. Sin embargo, al añadir una copia sana del gen TARBP2 a la célula, la actividad oncogénica y los niveles de microARN se restablecieron. Esto parece indicar que los microARN que produce el gen TARBP2 tienen un función importante en la regulación de la actividad de estos oncogenes. En palabras de Sonia Melo, del CNIO, «gracias a este estudio se ha podido detectar un error en la producción de estas moléculas [de microARN], aunque, una vez reconstruido el gen mutado, las células pueden volver a producir niveles normales de microARN para regular la expresión de varios genes, incluidos bastantes oncogenes que no deberían encontrarse activos en circunstancias normales.» Según los científicos, «debido a que el restablecimiento de una producción eficaz de microARN puede inhibir el crecimiento de células cancerígenas, estos hallazgos pueden tener una gran influencia en el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas para el tratamiento del cáncer.» El Dr. Esteller espera que estos nuevos descubrimientos puedan contribuir al desarrollo de nuevas herramientas para predecir la sensibilidad de los tumores frente a ciertos fármacos. «El hecho de que el gen TARBP2 presente mutaciones podría permitirnos distinguir entre células que se podrían tratar y otras resistentes», añade. «Asimismo, este descubrimiento abre una nueva vía de investigación biomédica para el descubrimiento de nuevos oncogenes y genes oncosupresores capaces de controlar los microARN y podría incentivar nuevas investigaciones farmacológicas orientadas a estos genes.» Por último, el Dr. Esteller prevé que en el futuro se identificarán muchas más mutaciones en los genes que intervienen en la producción de microARN de las células cancerígenas. «Es probable que las mutaciones del gen TARBP2 que hemos detectado sean tan sólo la punta del iceberg y que debajo de ésta haya más mutaciones en genes de la maquinaria que fabrica el microARN y que son responsables del desarrollo del cáncer.»

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