Los beneficios del café para el cerebro
Como bien es sabido, la cafeína estimula el sistema nervioso central de forma inmediata, pero no se sabe a ciencia cierta de qué forma afecta a la cognición a largo plazo. Una investigación llevada a cabo por un equipo de investigadores europeos ha aportado varias respuestas de interés a esta incógnita. El grupo, compuesto por investigadores finlandeses y suecos, ha descubierto que consumir café o té durante la mediana edad puede disminuir el riesgo de sufrir demencia o Alzheimer en una etapa posterior de la vida, ya que las bebidas con contenido de cafeína favorecen la actividad cerebral. Los resultados de la investigación se han publicado recientemente en la revista Journal of Alzheimer's Disease. Investigadores de la Universidad de Kuopio (Finlandia), del Instituto Nacional de Salud Pública (Finlandia) y del Instituto Karolinska (Suecia) se marcaron como objetivo estudiar la relación entre el consumo de café y/o té y el riesgo de padecer demencia o Alzheimer durante la vejez. El equipo del estudio CAIDE («Factores de riesgo cardiovascular, envejecimiento y demencia») seleccionó a participantes todavía vivos que anteriormente habían sido evaluados en una investigación de población llevada a cabo por el proyecto North Karelia y el estudio FINMONICA en los años 1972, 1977, 1982 o 1987. Cerca del 71% (1.409 participantes) de las personas evaluadas en estos estudios se volvieron a someter a examen en 1998. El equipo descubrió que 61 participantes padecían demencia y 48 sufrían Alzheimer. «Nos propusimos estudiar la relación entre el consumo de café y té durante la mediana edad y el riesgo de padecer demencia o Alzheimer en una etapa posterior en la vida porque todavía no se conoce el efecto a largo plazo de la cafeína en el sistema nervioso central. Además, los procesos patológicos que conducen al Alzheimer pueden comenzar décadas antes de la manifestación clínica de la enfermedad», explicó la investigadora principal Miia Kivipelto de la Universidad de Kuopio y el Instituto Karolinska. De acuerdo con el equipo de investigación, el examen durante la mediana edad empleado en el estudio sirvió para evaluar el consumo de café y té mediante un cuestionario semicuantitativo de frecuencia de consumo de alimentos que había sido validado con anterioridad. Clasificaron el consumo de café en tres grupos: bajo (cuando se tomaban entre ninguna y dos tazas), moderado (entre tres y cinco tazas) y elevado (cinco tazas o más). En relación al consumo de té, los investigadores clasificaron a los participantes en dos grupos: no consumidores si no tomaban ninguna taza al día y consumidores cuando tomaban una taza al día. Los investigadores descubrieron que los bebedores de café de mediana edad tienen menor riesgo de sufrir demencia o Alzheimer durante la vejez que los que no bebían o bebían muy poco café. Los datos también mostraron que el riesgo de los consumidores moderados de café era el menor (65%). Los investigadores llevaron a cabo ajustes con arreglo a una serie de variables que inducían a confusión, pero afectó a los resultados. El equipo también descubrió que la mayoría de los participantes bebía té más bien de manera excepcional, por lo que no se observó ninguna relación entre el té y la demencia o el Alzheimer. «Dada la gran cantidad de café consumido en todo el mundo, los resultados pueden tener importantes implicaciones para la prevención o el retraso de la manifestación del Alzheimer o la demencia», subrayó la profesora Kivipelto. «Este descubrimiento debe confirmarse mediante otros estudios, pero abre la puerta a reducir el riesgo de padecer Alzheimer o demencia mediante intervenciones dietéticas», añadió. «Además, la identificación de los mecanismos por los que el café protege contra la demencia o el Alzheimer puede ayudar a desarrollar nuevas terapias para estas enfermedades.»
Países
Finlandia, Suecia