Un estudio sobre chimpancés señala la importancia de los cuidados emocionales en la infancia
Los chimpancés huérfanos a los que sus cuidadores les procuran cuidados maternales especiales son más felices e inteligentes que los que crecen en un entorno más institucional que, pese a satisfacer sus necesidades físicas, descuida su desarrollo emocional. Esta investigación financiada con fondos comunitarios, sobre la cual se ha publicado un artículo en la revista Developmental Psychobiology, tiene importantes implicaciones para los métodos empleados en el cuidado de los huérfanos humanos. La contribución de la UE a esta investigación procede del proyecto FEELIX GROWING («Sentir, interactuar, expresar: un enfoque global al desarrollo con base interdisciplinaria»), que recibió financiación por valor de 2,5 millones de euros mediante el área temática «Tecnologías de la sociedad de la información» perteneciente al Sexto Programa Marco (6PM). El estudio es el primero que investiga el efecto que ejercen en el desarrollo emocional y cognitivo distintos estilos empleados en el cuidado de chimpancés. Los investigadores observaron a 46 chimpancés del «Criadero de Grandes Simios» del «Centro Nacional Yerkes de Investigación de los Grandes Primates» de Atlanta (Estados Unidos). Los jóvenes chimpancés se encontraban internos en el centro debido a que sus madres carecían de las habilidades básicas maternales para hacerse cargo de ellos. Un grupo de chimpancés recibió los cuidados normales, centrados fundamentalmente en las necesidades físicas de los cachorros. El segundo grupo recibió «cuidados sensibles». Estos animales pasaron más tiempo con sus cuidadores humanos, quienes emplearon gran cantidad de tiempo acicalándolos, jugando con ellos y relacionándose con los pequeños en lo que sería una imitación del comportamiento maternal ideal de esta especie. Posteriormente se evaluaron el comportamiento y el desarrollo de los animales y se constató que los que habían crecido con cuidados de tipo maternal eran más felices, precoces y estaban más integrados y que los criados con menos atenciones. De hecho, a los nueve meses estos chimpancés demostraban un mayor desarrollo cognitivo en comparación con niños humanos de la misma edad. «Aquellos a los que se les proporcionaron cuidados sensibles se estresaban con menor facilidad, no estaban tan apegados a sus mantas, mantenían relaciones más sanas con sus cuidadores y no eran tan propensos a realizar balanceos rítmicos corporales», resumió la profesora Kim Bard de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), coautora del estudio. «También presentaban un desarrollo intelectual más avanzado que los chimpancés criados con los cuidados institucionales comunes.» Por el contrario, al sentir ansiedad, los animales criados con un método más institucional eran más propensos a mostrar comportamientos propios de un «apego desorganizado», como el balanceo o la dependencia de una manta a la que abrazar, en lugar de acudir a su cuidador. Los autores del estudio apuntan que se han observado comportamientos similares en huérfanos humanos y en niños que han sufrido abusos o no han recibido la atención adecuada. «Nuestra hipótesis es que, al proporcionar cuidados más sensibles a los chimpancés criados en cautividad, mejoraron su desarrollo cognitivo y sus relaciones de apego, y que en centros como los orfanatos también podría ser beneficioso un método similar que estimulara los cuidados sensibles», afirman los científicos en el artículo. «El sistema de apego de los cachorros de chimpancé es sorprendentemente similar al de los niños humanos. En experimentos anteriores se ha demostrado que el tipo de cuidados brindados (cuidados sensibles y cariñosos o un abandono absoluto) tiene un efecto radical en el desarrollo emocional y cognitivo tanto de los chimpancés como de los humanos», señaló la profesora Bard. «La sensibilidad familiar es un factor importante en el desarrollo infantil humano y lo mismo se podría decir de los grandes simios.»
Países
Países Bajos, Reino Unido