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Crece el agujero de la capa de ozono pero no alcanza el récord de 2006

Un grupo de científicos del Centro Aeroespacial Alemán (DLR) ha descubierto que el agujero de la capa de ozono en la Antártida ha aumentado este año respecto al 2007 pero es menor que en 2006. La capa de ozono es una capa de la atmósfera que protege a la Tierra de los nocivos ...

Un grupo de científicos del Centro Aeroespacial Alemán (DLR) ha descubierto que el agujero de la capa de ozono en la Antártida ha aumentado este año respecto al 2007 pero es menor que en 2006. La capa de ozono es una capa de la atmósfera que protege a la Tierra de los nocivos rayos ultravioleta. La ausencia de esta capa protectora desencadenaría multitud de problemas de salud en las personas y perjudicaría a la biodiversidad. A pesar de que el agujero de la capa de ozono ha alcanzado los 27 millones de km2 en 2008, un aumento respecto a los 25 millones de km2 del año anterior, se ha mantenido por debajo de los 29 millones de km2 que se alcanzaron en 2006, una superficie equivalente a Norte América. El frío extremo a altitudes elevadas hace estragos en la capa de ozono, como también lo hacen diversos gases atmosféricos nocivos como el bromo. Algunos productos desarrollados por el hombre en la década de los años treinta, como los clorofluorocarbonos (CFC), contribuyeron en gran medida a este problema. Según los científicos, una sola molécula de CFC puede causar la destrucción de 100.000 moléculas de ozono. Los CFC, que se encuentran en los disolventes de limpieza y los aerosoles, se han ido retirando progresivamente en virtud del «Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono» de 1987. Este acuerdo internacional para proteger la capa de ozono estratosférico se rubricó hace veintiún años y fue modificado en 1990 y 1992. Los científicos explican que, año tras año, las condiciones meteorológicas agrandan el tamaño del agujero de la capa de ozono de la Antártida. En invierno, en el hemisferio sur, el vórtice polar impide el intercambio entre las masas de aire de la atmósfera de la zona de la Antártida y las de latitudes medias y, en consecuencia, según explican los científicos, tiene lugar el proceso químico que provoca el agotamiento del ozono. Este vórtice es un ciclón persistente que alcanza su punto álgido en invierno y se debilita en los meses de verano. Las temperaturas extremadamente bajas propias del vórtice polar comportan la formación de nubes estratosféricas polares (NEP), también denominadas nubes nacaradas. Según los expertos, las NEP inducen una serie de reacciones químicas que generan cloro activo, el cual, a su vez, actúa como catalizador en la destrucción del ozono. Según comentó el profesor del DLR Julian Meyer-Arnek, refiriéndose a las condiciones meteorológicas de la zona y su relación con el crecimiento y el tamaño relativos del agujero de la capa de ozono en 2007 y 2008, «en 2007, un menor transporte meridional de calor provocó temperaturas más bajas en la estratosfera de la Antártida y, por tanto, se formaron más NEP en la misma. Por consiguiente, el agujero de la capa ozono se agrandó a mayor velocidad a principios de septiembre de 2007.» El científico del DLR explicó también que un transporte meridional de calor mayor de lo habitual provocó temperaturas más cálidas en la estratosfera de la Antártida, lo que limitó la formación de NEP y «en consecuencia, redujo la conversión de halógenos inactivos químicamente en sustancias destructoras de ozono». Por tanto, el tamaño del agujero de la capa de ozono fue menor de lo que suele ser habitual hacia finales del verano. Asimismo, en palabras del profesor Meyer-Arnek, «debido al largo periodo de estabilidad del vórtice polar, en 2008 el tamaño del agujero en la capa de ozono fue uno de los más grandes que se hayan observado». El DLR basó sus investigaciones en el sensor SCIAMACHY (Espectrómetro de Absorción de Exploración e Imágenes para Cartografía Atmosférica) a bordo del satélite Envisat de la Agencia Espacial Europea (ESA); en el Experimento de Observación del Ozono Global (GOME) a bordo del ERS-2 de la ESA; y en el instrumento GOME-2, a bordo del satélite MetOp de EUMESTAT. Los expertos consideran que, a pesar de que la oscilación anual de las temperaturas y las dinámicas atmosféricas son factores determinantes en el tamaño y crecimiento del agujero de la capa de ozono, es complicado definir los indicadores de la recuperación de ésta. Sin embargo, los científicos del DLR afirman que, en el futuro, cuestiones como la recuperación de la capa de ozono y el efecto de las dinámicas atmosféricas sobre posibles nuevos agujeros en ésta figurarán entre los objetivos de la comunidad científica.

Países

Alemania

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