Especialistas en trasplantes exponen los planes futuros de investigación
En los últimos años se han producido grandes avances en la medicina de trasplantes, pero es urgente realizar más investigaciones a fin de mejorar las perspectivas a largo plazo de los trasplantados, en opinión de los diversos investigadores, médicos y representantes de asociaciones de pacientes que se dieron cita en Bruselas (Bélgica) con motivo de un encuentro organizado por el proyecto comunitario TRIE («Integración de la investigación sobre trasplantes en Europa»). En Europa alrededor de 250.000 personas viven con un órgano funcional transplantado, y cada año se llevan a cabo aproximadamente 15.000 trasplantes de riñón, 5.000 de hígado, 2.000 de corazón, 1.000 de pulmón y varios miles de trasplantes de médula ósea. Estos trasplantes salvan la vida a sus receptores, y las expectativas de éstos a corto plazo son, en general, muy buenas. Sin embargo, a más largo plazo muchos de estos pacientes afrontan graves problemas de salud. Gran parte de esos problemas se debe a la cantidad de fármacos inmunosupresores que han de tomar los pacientes para evitar que su sistema inmunitario ataque el órgano trasplantado. Entre los efectos secundarios de tales fármacos cabe mencionar el cáncer, infecciones, disfunciones renales, enfermedad cardiovascular, diabetes y patologías óseas, por dar tan sólo unos ejemplos. Pese a los muchos medicamentos inmunosupresores que toman, el rechazo del órgano trasplantado sigue constituyendo un grave problema: aproximadamente la mitad de los trasplantes de riñón fracasa al cabo de quince años por rechazo crónico. Por su parte, los receptores de un trasplante de médula ósea pueden sufrir la llamada enfermedad de injerto contra huésped (EICH), por la que las células inmunes de la sangre de la médula o espina donada atacan el organismo del paciente. La UE financia una serie de proyectos cuyo propósito es solucionar estas complicaciones. Un ejemplo es el proyecto RISET («Reprogramación del sistema inmunitario para el establecimiento de la tolerancia»), en el que se investigan pruebas y técnicas que podrían reducir el número de fármacos inmunosupresores que han de tomar los trasplantados. Los socios del proyecto ya han logrado identificar una firma molecular a partir de la cual tratan de diseñar una prueba con la que averiguar qué pacientes podrían tomar menos fármacos sin que ello acarree riesgos. Por lo que se refiere los trasplantes de hígado, hasta el 20% de estos pacientes podría sobrevivir sin necesidad de tomar muchos de estos fármacos inmunosupresores, informaron los investigadores. Además, el equipo de RISET ha observado que la tolerancia del sistema inmunitario del órgano donado podría mejorarse si, junto con el órgano, se trasplantaran también las llamadas células «tolerogénicas». Dichas células «enseñan» al sistema inmunitario del huésped a aceptar al nuevo órgano, en cuyo caso la necesidad de tomar medicamentos inmunosupresores sería menor. Por otra parte, el proyecto Allostem trabaja en tecnologías para el trasplante de células madre para tratar la leucemia y enfermedades afines. Entre otros logros, el equipo científico ha desarrollado tecnologías novedosas para generar líneas celulares contra tumores y agentes infecciosos, y también ha dado con métodos para mejorar el potencial de implantación de las células madre tanto a corto como a largo plazo. Una de las grandes adversidades que afronta la medicina de trasplantes es la escasez de donantes: hasta el 30% de quienes necesitan un trasplante de corazón o hígado fallecen estando en lista de espera. El proyecto XENOME («Ingeniería del genoma porcino para el xenotrasplante en primates: un paso hacia la aplicación clínica») está realizando trabajos de ingeniería genética en cerdos para que sus células puedan trasplantarse con seguridad a primates no humanos. Por el momento ya han conseguido resultados positivos en trasplantes de células pancreáticas a primates diabéticos. Con los trasplantes se consiguió tratar la diabetes de dichos primates, quienes sobrevivieron sin administrarles fármacos inmunosupresores. El proyecto TRIE, organizador del encuentro, reúne a personal académico y clínico, representantes de la industria y asociaciones de pacientes y tiene el objetivo de elaborar una estrategia coherente para integrar la investigación en materia de trasplantes en Europa. Sus socios ya han identificado tres prioridades fundamentales: la identificación de marcadores biológicos que ayuden a los médicos a definir perfiles de riesgo en pacientes y ajustar los tratamientos previos y posteriores al trasplante; el desarrollo de terapias celulares novedosas; y el establecimiento de un programa innovador de formación destinado a científicos y personal sanitario que llevan a cabo investigaciones sobre el trasplante de células y órganos. En la actualidad, la estrategia permanece inconclusa, a la espera de recibir sugerencias de pacientes con trasplantes, personas en lista de espera y asociaciones de pacientes. Las primeras impresiones indican que los pacientes están de acuerdo con las prioridades identificadas por los socios del proyecto y se muestran dispuestos a participar en futuras investigaciones.