Un estudio encuentra la solución para la toxicidad del desinfectante de las ovejas
Un estudio del University College de Dublín ha descubierto que el líquido desinfectante para ovejas, que es tóxico para peces y abejas, puede ser descompuesto por bacterias. Este hallazgo podría generar grandes mejoras en la gestión de los residuos de este desinfectante, lo que resultaría muy beneficioso para los sistemas hídricos cercanos a granjas de ovejas. Los pastores emplean desinfectantes en las ovejas con el fin de protegerlas de infestaciones de insectos y hongos, como por ejemplo ácaros, moscas azules, garrapatas, melófagos y piojos. Al controlar los parásitos capilares, este líquido desinfectante ayuda a evitar sufrimiento y enfermedades en las ovejas. Esta sustancia se aplica normalmente en forma de polvo soluble y contiene piretrinas, compuestos sintéticos derivados de crisantemos de África Oriental. Las piretrinas presentan un grado de toxicidad alto para los insectos y muy alto para los peces. Cuando se aplican combinándolas con butóxido de piperonilo, paralizan y exterminan los insectos tanto perjudiciales como beneficiosos, entre los cuales se incluyen las abejas y las libélulas, lo que desencadena problemas para la polinización. Según el Dr. Mairin Cannon, coordinador del estudio, una cantidad muy pequeña de piretrinas puede «liquidar a todos los peces de un río entero». Los peligros que derivan de las piretrinas son similares a los de muchas sustancias contaminantes de las aguas subterráneas: una vez que los organismos más pequeños las absorben, pueden transmitirse por la cadena alimentaria, de forma que va aumentando así su potencial tóxico. El uso de las piretrinas está muy extendido porque son eficaces para exterminar plagas dañinas, pero se descomponen fácilmente cuando se exponen al aire y la luz solar durante uno o dos días. Por ello son relativamente inocuas para los humanos, otros mamíferos y aves y se emplean, por tanto, en una amplia variedad de productos para el hogar y el jardín (aerosol antimosquitos, champú antipiojos para el cabello, polvos antihormigas, aerosoles antimoscas, etc.). Sin embargo, existen ciertos indicios que manifiestan que la exposición a las piretrinas puede ser cancerígena para el ser humano, sobre todo en casos de contacto prolongado con superficies interiores tratadas y «nieblas» insecticidas. A las ovejas se las desinfecta normalmente unas dos veces al año y, después del baño desinfectante, éstas permanecen de pie, empapadas y goteando, durante cerca de diez minutos antes de devolverlas a sus campos. En los campos, las fuertes lluvias pueden hacer que el líquido desinfectante que se desprende de las ovejas se filtre a cursos de agua. Además, las ovejas se transportan muy a menudo a través de ríos o arroyos, de forma que esta sustancia desinfectante también puede llegar a recursos hídricos pese a que los granjeros hayan seguido prácticas agrícolas adecuadas. Cuando las piretrinas se filtran a las aguas subterráneas ya no están, por tanto, expuestas al aire y la luz solar y no pueden descomponerse fácilmente. Desde hace cierto tiempo se ha intentado encontrar una solución a este problema que sea segura, sostenible y de fácil aplicación. Los hallazgos de este estudio tienen implicaciones de gran calabro para la calidad agrícola y de las aguas subterráneas. Los investigadores han identificado ocho bacterias distintas originarias de suelo contaminado por el desinfectante de las ovejas que, en concentraciones elevadas, son capaces de descomponer los compuestos piretrinoides. En el estudio se examinaron treinta bacterias distintas obtenidas de suelos contaminados por los depósitos y estanques desinfectantes para estos animales, con el fin de comprobar si las bacterias podrían descomponer los piretrinoides antes de que se diluyera el líquido desinfectante de las ovejas. Una de estas bacterias consiguió degradar un 75% del compuesto, un logro «sin precedentes», según lo describió el Dr. Cannon. La bacteria podría ser añadida a los depósitos de líquido desinfectante para ovejas antes de que se vierta el agua residual, disminuyendo considerablemente el potencial contaminante de dicha agua. El Dr. Cannon comentó: «Esto podría evitar una avalancha de efectos perjudiciales para los peces, abejas, invertebrados acuáticos y, en última instancia, el ser humano.» El estudio se presentó hoy en la reunión de otoño de la Society for General Microbiology («Sociedad de Microbiología General»), celebrada en el Trinity College de Dublín (Irlanda).
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Irlanda