El estilo de vida es un factor muy importante en la obesidad
Los estudios científicos sobre gemelos pueden resultar esclarecedores sobre numerosos aspectos fascinantes del viejo debate en torno a la predisposición genética y el condicionamiento del entorno. Según un estudio recién publicado a cargo de investigadores que han contado con financiación comunitaria, el estilo de vida influye más que las características hereditarias en la obesidad y la resistencia a la insulina. El estudio, titulado «La obesidad adquirida y la mala condición física impiden la expresión de los genes de la fosforilación oxidativa mitocondrial en gemelos monozigóticos discordantes en cuanto a obesidad» (Acquired obesity and poor physical fitness impair expression of genes of mitochondrial oxidative phosphorylation in monozygotic twins discordant for obesity), se ha publicado en el American Journal of Physiology-Endocrinology and Metabolism. En el estudio participaron catorce parejas de gemelos (ocho hombres y seis mujeres) nacidos en Finlandia entre 1975 y 1979. En cada pareja de gemelos, uno era obeso (lo que se denominan «pares discordantes»). El grupo de control se componía de cinco parejas de hombres gemelos y otras cinco de mujeres gemelas que no eran obesos, sino que tenían un peso corporal similar (lo que se denominan «pares concordantes»). Otros estudios recientes sugirieron que ciertos defectos en los genes responsables de la conversión de los alimentos en energía por parte del organismo pueden causar resistencia a la insulina. Los investigadores tenían interés en averiguar si esto se debe a factores hereditarios o bien a factores del ambiente. En este estudio se averiguó que el estilo de vida de los gemelos estudiados impedía su expresión génica mucho más que los factores hereditarios. Por ejemplo, se observó que la obesidad adquirida y la falta de ejercicio físico favorecían la resistencia a la insulina. Durante el estudio, los investigadores midieron la sensibilidad a la insulina en todo el organismo de los sujetos y determinaron su condición física. Además, hicieron biopsias por aspiración de tejido graso subcutáneo abdominal. Según el estudio, en los pares discordantes, los gemelos obesos tenían menor sensibilidad a la insulina, es decir, sus organismos tenían más dificultad para producir energía. También se constató que los genes que ayudan a las células a convertir los alimentos en energía eran menos activos en los gemelos obesos, lo cual sugiere que la expresión defectuosa de estos genes podría dificultar el control del peso y favorecer su incremento. «Estos datos indican que la inactividad física podría haber potenciado los defectos en la fosforilación oxidativa mitocondrial descritos en pacientes con diabetes de tipo dos y sujetos prediabéticos», señaló Linda Mustelin, de la Universidad de Helsinki, autora del artículo. «Aunque observamos que la reducción en los niveles de transcripción de los genes que codifican la fosforilación oxidativa mitocondrial en la obesidad viene condicionada por factores ambientales y adquiridos, no se puede descartar la posibilidad de que haya factores genéticos que contribuyan a regular el metabolismo oxidativo mitocondrial.» A continuación, los investigadores tienen la intención de llevar a cabo otro estudio para averiguar si el ejercicio físico y otros cambios positivos en el estilo de vida son capaces de incrementar la expresión génica. Esta investigación recibió apoyo comunitario a través del área temática «Calidad de vida y gestión de recursos vivos» del Quinto Programa Marco (5PM).
Países
Finlandia