Un anticuerpo ayuda a combatir el cáncer privando de sustento a los tumores
Investigadores europeos han descubierto un anticuerpo que «priva de sustento» a los tumores cancerosos a base de bloquear el crecimiento de los vasos sanguíneos que los alimentan. El trabajo, que fue cofinanciado por la UE, se ha publicado en la revista Cell. Como todos los tejidos, los tumores cancerosos dependen de una red de vasos sanguíneos que les suministran oxígeno y nutrientes. Con esto en mente, se ha desarrollado una serie de fármacos para el cáncer que pretenden bloquear el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos (proceso llamado angiogénesis) en el tumor, lo que en la práctica hace que mueran por falta de sustento. Actualmente, estos tratamientos pretenden bloquear la acción de una molécula llamada factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), que es responsable de promover el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. Sin embargo, aunque estos inhibidores del VEGF consiguen detener el crecimiento de vasos sanguíneos en los tumores, también afectan al crecimiento de aquéllos en tejidos sanos. Esto causa una serie de efectos secundarios graves, como coágulos de sangre, hipertensión y abortos espontáneos. Además, muchos tumores se hacen resistentes a los efectos de los inhibidores de VEGF, por lo que reducen su efectividad a largo plazo. Esto se debe a que el fuerte efecto inicial del medicamento provoca una carencia tan intensa de oxígeno en el tumor que desencadena un «mecanismo de rescate» que estimula la producción de factores alternativos de crecimiento de vasos sanguíneos. En este estudio reciente, los investigadores examinaron una molécula llamada TB-403, un anticuerpo que bloquea la acción del factor de crecimiento placentario (PlGF), otra molécula responsable de promover el crecimiento de vasos sanguíneos en tumores. A diferencia del VEGF, el PlGF no se encuentra en tejidos sanos. Mediante pruebas con ratones se demostró que el anticuerpo era efectivo para bloquear el crecimiento y la propagación de muchos tipos de cáncer, incluso de los que se habían hecho resistentes a los medicamentos inhibidores del VEGF. Además, impulsaba el efecto antitumoral de la quimioterapia y aumentaba la sensibilidad de los tumores a medicamentos contra el VEGF. Un dato importante es que el medicamento contra el PlGF no inducía los intensos efectos secundarios asociados a los inhibidores del VEFG. Además, puesto que el medicamento contra el PlGF no tiene un efecto tan fuerte como el del inhibidor de VEGF, no provoca el descenso de los niveles de oxígeno en el tumor hasta el punto de inducir el «mecanismo de rescate» mencionado. «La gran mayoría de agentes antiangiogénicos inhiben el VEFG o su principal receptor. Al funcionar del mismo modo, el tratamiento combinado con estos agentes no ha supuesto un beneficio sustancial por lo que respecta a prolongar la vida de los pacientes con cáncer», explicó el profesor Peter Carmeliet del Instituto de Biotecnología de Flandes (VIB). «Necesitamos dianas complementarias para los fármacos, y creemos que el PlGF podría ser una de ellas. Aún tiene que pasar la prueba del tiempo, así como pruebas clínicas rigurosas, pero los resultados en ratones son prometedores.» A los investigadores les entusiasma sobremanera el potencial del nuevo medicamento para personas que, actualmente, tienen probabilidades de resultar afectadas de forma especialmente negativa por los efectos secundarios de los inhibidores de VEGF, como los niños, las mujeres embarazadas y los pacientes con riesgo de formar coágulos de sangre. Este fármaco podría usarse además para tratar otras afecciones donde supone un problema el crecimiento excesivo de vasos sanguíneos, como en ciertas formas de ceguera. Según el profesor Carmeliet, aún pasarán muchos años hasta que puedan realizarse ensayos clínicos a gran escala en humanos. No obstante, se ha producido una versión «humanizada» del fármaco y pronto podría iniciarse un ensayo clínico de fase I que estudiaría la seguridad de dicho fármaco. «La publicación en la prestigiosa revista Cell destaca con claridad nuestra investigación en el campo de la angiogénesis», comentó la profesora Désiré Collen, directora ejecutiva y presidenta de ThromboGenics, empresa biotecnológica de Flandes. «Es emocionante que este mismo año podremos pasar este candidato a medicamento al entorno clínico, dado su gran potencial terapéutico, no sólo para el cáncer, sino también para enfermedades oculares graves que son las causas principales de la ceguera.» La financiación comunitaria para este estudio provino del proyecto Angiostop, que se financia a través del área temática «Ciencias de la vida, genómica y biotecnología para la salud» del Sexto Programa Marco.