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Más apoyo a las nanotecnologías y el medio ambiente

Las nanotecnologías ofrecen un potencial formidable para que afrontemos diversos problemas que aquejan al medio ambiente. Sin embargo, se necesitan políticas que promuevan el desarrollo de dichas nanotecnologías, como también se necesita financiación para investigar los benefi...

Las nanotecnologías ofrecen un potencial formidable para que afrontemos diversos problemas que aquejan al medio ambiente. Sin embargo, se necesitan políticas que promuevan el desarrollo de dichas nanotecnologías, como también se necesita financiación para investigar los beneficios y los riesgos que implican estas nuevas tecnologías para la salud humana y el medio ambiente. Éstos son los principales mensajes que se desprenden de una sesión sobre la nanotecnología y el medio ambiente celebrada durante la Semana Verde, acontecimiento anual organizado por la Comisión Europea. Ottilia Saxl, del Instituto de Nanotecnología, inauguró esta sesión y ofreció algunos ejemplos de cómo la nanotecnología podría contribuir a solucionar algunos retos medioambientales por medio de la mejora de las células solares, la sustitución de sustancias químicas peligrosas así como a través de tecnologías de prevención y extracción de contaminantes y la vigilancia de la contaminación. «Estas tecnologías ya existen, pero necesitamos políticas públicas que las apoyen», sostuvo. La profesora Susan Stipp, del Centro de Nanociencias de la Universidad de Copenhague, está empleando la nanotecnología para acometer uno de los desafíos más grandes a los que se enfrenta la humanidad: el cambio climático. Está trabajando en un método novedoso para extraer CO2 de la atmósfera y almacenarlo convirtiéndolo en roca, cosa que, afirma, es más sostenible que intentar almacenar este gas bajo tierra. «Ésas son soluciones provisionales», dijo refiriéndose a las opciones convencionales para almacenar CO2. «Porque acaba volviendo al medio ambiente», señaló con rotundidad. Con el tiempo, el CO2 disuelto en agua de lluvia corroe lentamente las rocas de forma natural y disuelve sólidos como el calcio. El calcio y el CO2 disuelto se combinan y forman partículas de carbonato cálcico. La profesora Stipp está estudiando maneras de acelerar ese proceso y, así, almacenar el carbono en tiempo geológico. En la actualidad está llevando a cabo experimentos a pequeña escala en Islandia utilizando arena basáltica, que resulta especialmente adecuada para el proceso en cuestión. «Pero para realizar esta investigación necesitamos apoyo económico», dijo enfáticamente. La empresa química BASF también está buscando soluciones nanotecnológicas para el problema de la energía, como explicó el profesor Rüdiger Iden, vicepresidente primero de BASF para la investigación de polímeros. Se refirió a pinturas que contienen nanopartículas y que recogen menos suciedad que las pinturas comunes, de tal forma que no es necesario limpiarlas ni volver a pintar con tanta frecuencia, cosa que, a su vez, supone un ahorro energético. El proceso de producción también consume menos energía que el de las pinturas convencionales. Las nanotecnologías ofrecen también soluciones prometedoras para el problema del almacenamiento de hidrógeno, que actualmente está frenando el desarrollo de tecnologías energéticas basadas en este elemento. En el ámbito del ahorro energético, las nanoespumas ofrecen propiedades aislantes excelentes. Asimismo, las nanotecnologías tienen el potencial de resolver problemas medioambientales en el mundo en vías de desarrollo, como son el tratamiento de aguas residuales, el almacenamiento de energía y el control de plagas, por nombrar algunos ejemplos. No obstante, está por ver si el mundo en vías de desarrollo tendrá acceso a esas tecnologías. «Lo que se necesita es voluntad política», aseveró Del Stark, de la European Nanotechnology Trade Alliance (ENTA, o «Alianza Europea de Comercio de la Nanotecnología»), que se dedica a promover el desarrollo responsable de las nanotecnologías. El profesor Iden se mostró más optimista y señaló que muchos países africanos ya están participando en foros internacionales relativos al desarrollo de unas pautas para la nanotecnología. No se deben descuidar las consecuencias que pueden acarrear las nanotecnologías para la seguridad. Sin embargo, se trata de una tarea difícil, puesto que las nanopartículas que tienen forma diferente, aunque procedan de una misma sustancia, pueden tener propiedades muy distintas. «El problema radica en que desconocemos cómo actúan las nanopartículas en el cuerpo humano y en el medio ambiente», indicó Paul Borm, de la Universidad Zuyd (Países Bajos). «Necesitamos más datos.» En el terreno de la seguridad, se destacó que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) está elaborando directrices de pruebas para nanomateriales. Con respecto a la financiación de la investigación, los intervinientes aplaudieron que el Séptimo Programa Marco esté financiando investigación acerca de los beneficios y también de los riesgos de las nanotecnologías. En el período 2007-2013 se destinarán fondos por 3.500 millones a esta investigación.

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