Los científicos advierten del colapso del ecosistema marino
«Cada especie cuenta» es el mensaje clave emitido por un informe internacional sobre biodiversidad marina. Los peligros que corren algunas especies suponen una seria amenaza para la capacidad del océano de producir marisco, hacer frente a enfermedades, filtrar contaminantes y recuperarse de situaciones de estrés como la sobrepesca y el cambio climático. Esta fue la conclusión que sacaron los científicos al término de un estudio de cuatro años de duración. El estudio, publicado en la revista Science, revela cómo la pérdida de cada especie causa un desbarajuste del ecosistema en general. No obstante, resulta alentador que a través de este estudio se descubriera que la recuperación de cada especie contribuye considerablemente a restablecer la productividad y estabilidad general del ecosistema, así como su capacidad de resistir situaciones de estrés. «Tanto al analizar charcos de marea como estudios sobre el océano del mundo entero, nos encontramos con la misma situación emergente», declaró el director del proyecto, Boris Worm de la Universidad de Dalhousie en Canadá. «Al perder especies perdemos la productividad y la estabilidad de ecosistemas enteros. «Me espantó y preocupó ver lo constantes que son estas tendencias, mucho más de lo que sospechamos». No sólo cada una de las especies de peces es esencial para la supervivencia de otras - los peces dependen del agua limpia, de poblaciones de presas y de diversos hábitats. Por lo tanto, los científicos recomendaron avanzar desde una gestión de las especies por individual hacia una gestión del conjunto de las especies. «A menos que cambiemos fundamentalmente la manera de gestionar conjuntamente todas las especies del océano, como ecosistemas activos, este siglo será el último siglo del marisco salvaje», advirtió el coautor Steve Palumbi, de la Universidad de Stanford en EEUU. De hecho, el informe anuncia que en 2048 las reservas de todas las especies que se pescan actualmente para alimentación sufrirán una bajada de hasta menos del 10% de las capturas máximas registradas. Esto no sólo hará que pescar sea imposible, sino que hará que la recuperación de las reservas sea poco probable. No sólo los océanos producen menos marisco, sino que el que queda podría suponer una amenaza para la salud humana, ya que los ecosistemas se vuelven vulnerables a especies invasoras, a brotes de enfermedades y a floraciones de algas nocivas. En estos momentos no existe un acuerdo internacional para prevenir la sobrepesca. Los Estados miembros de la UE deben cumplir los límites de pesca establecidos por la política de pesca común, pero otros países establecen sus propias cuotas. Aún hay tiempo para reparar el daño producido, según el Dr. Worm: «No podemos recuperarlo todo. Pero menos del 1% del océano global está protegido de manera eficaz ahora mismo. No veremos la recuperación total en un año, pero en muchos casos las especies regresan más rápidamente de lo previsto, en un plazo de tres a cinco a diez años. Y allí donde se ha hecho esto vemos los beneficios económicos inmediatos». El estudio reunió a equipos de Canadá, Suecia, el Reino Unido, EEUU y la República de Panamá. Los científicos analizaron 32 experimentos controlados, estudios observatorios de 48 áreas marinas protegidas, y los datos globales de captura de la base de datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Países
Canadá, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos