Un satélite de la AEE ofrece un nuevo enfoque sobre los puntos calientes del púlsar
Datos del satélite de rayos X, XMM-Newton, de la Agencia Espacial Europea (AEE) muestran que los puntos calientes polares observados en los púlsares pueden ser generados por fuentes de energía internas, en lugar de externas como se había pensado anteriormente. Los púlsares son los núcleos fuertemente magnetizados y giratorios de las estrellas muertas. Descubiertos hace casi 40 años, se forman cuando estrellas masivas agotan sus reservas de energía nuclear y se derrumban bajo su propio peso. Aunque sólo tienen 20 km de diámetro, su masa equivale aproximadamente a 1,4 veces la del Sol. Los púlsares recién formados alcanzan temperaturas superiores a los mil millones de grados pero se van enfriando paulatinamente con el tiempo. Las observaciones realizadas con anteriores satélites de rayos X pusieron de manifiesto que los rayos X de los púlsares en proceso de enfriamiento proceden de tres fuentes: la superficie del púlsar, partículas cargadas que viajan hacia el exterior a lo largo de las líneas del campo magnético del púlsar y los puntos calientes en las regiones polares del púlsar. Hasta ahora se pensaba que los puntos calientes de los polos se producían cuando partículas con una gran carga energética se estrellaban contra la superficie de los polos, desde la magnetosfera, guiadas hasta allí por el campo magnético del púlsar. En este último estudio, investigadores del Instituto Max-Planck para Física Extraterrestre en Alemania utilizaron el Observatorio XMM-Newton para examinar cinco púlsares que tienen varios millones de años de edad y por consiguiente, se han enfriado considerablemente. Cuando la superficie se había enfriado hasta por debajo de los 500.000 grados Celsius, la falta de rayos X procedentes de la superficie no fue algo inesperado. Sin embargo, se sorprendieron al ver que, aunque todavía había emisiones intensas de rayos X procedentes de partículas que se movían aparentemente en el campo magnético, no había muestras de rayos X procedentes de los polos del púlsar. Esto da a entender que en púlsares viejos, el calentamiento de las regiones polares provocado por el bombardeo de partículas no es suficiente para producir rayos X. Ahora los astrónomos ofrecen una teoría alternativa sobre cómo se producen los puntos calientes. Creen que el calor atrapado dentro del púlsar en su nacimiento es guiado hasta los polos por el intenso campo magnético del interior del púlsar. Esto significa que los puntos calientes polares en púlsares más jóvenes se producen por el calor que hay dentro del púlsar, y no por la colisión de partículas procedentes del exterior del púlsar y, que a medida que éste se va enfriando con el tiempo, los puntos calientes se debilitan. "Este punto de vista se está discutiendo todavía, pero está muy respaldado por las nuevas observaciones del XMM-Newton", declaró Werner Becker del Instituto Max Planck.