Control biológico: un enfoque natural de la seguridad alimentaria
Aunque mantener nuestra seguridad alimentaria es una batalla con múltiples frentes, una de las principales amenazas son las plagas autóctonas e invasoras. En particular, se calcula que las plagas de invertebrados provocan la destrucción de un 20 % de los productos almacenados y las cosechas anuales a escala mundial. Tradicionalmente la sociedad ha empleado plaguicidas para proteger los suministros de alimentos. Sin embargo, debido al impacto negativo que producen sobre los propios alimentos y sobre el entorno circundante, las normativas han limitado estrictamente su utilización. Una solución es el control biológico, que regula las poblaciones de plagas mediante sus enemigos naturales. Para evitar la necesidad de importar enemigos naturales no autóctonos, que suponen un riesgo para la biodiversidad local y a menudo infringen protocolos internacionales de protección de los recursos biológicos, investigadores del proyecto financiado con fondos europeos BINGO (Breeding Invertebrates for Next Generation BioControl) están optimizando el control biológico de las plagas mediante enemigos autóctonos ya existentes. «Un modo eficaz de optimizar el control biológico es utilizar los conocimientos genéticos, tanto sobre el enemigo natural como sobre la propia plaga», comenta el coordinador del proyecto BINGO, Bart Pannebakker. Un recurso inexplotado Según Pannebakker, la variación genética de los rasgos implicados en el control biológico es un recurso generalmente inaprovechado para mejorar la eficacia de los agentes de control biológico existentes y autóctonos. «Nuestro objetivo era utilizar la variación genética natural presente en las poblaciones enemigas autóctonas para mejorar su rendimiento como agentes de control biológico», explica. Los rasgos clave para el control biológico son aquellos que definen los principales eventos en la vida del enemigo natural. Estos rasgos relacionados con las estrategias vitales, como se les conoce, determinan el potencial reproductivo (fecundidad, proporción de sexos, comportamiento de búsqueda) y la sensibilidad medioambiental (resistencia a la inanición, tolerancia térmica, diapausa) de un enemigo natural. «Al comprender mejor la genética subyacente a estos rasgos, podemos diseñar estrategias de cría, muestreo y liberación de los enemigos naturales», comenta Pannebakker. «Del mismo modo, los conocimientos sobre la variación genética de esos rasgos en las especies de las plagas nos ayudan a identificar el modo más eficiente de abordarlas». Una solución viable para la seguridad alimentaria El proyecto BINGO permitió un uso más extenso de la metodología genética en el control biológico. Por ejemplo, desarrollaron secuencias de genomas para cuatro agentes de control biológico que contribuirán a mejorar el uso de agentes de control biológico. «Utilizando estos recursos genómicos, comparamos la diversidad genética de los agentes de control biológico en cultivos comerciales con muestras obtenidas sobre el terreno», añade Pannebakker. «Descubrimos que, mientras que los cultivos comerciales funcionan bien en la práctica, la diversidad genética es limitada, lo cual podría ser un problema cuando estos agentes se enfrenten a condiciones nuevas o adversas». Los investigadores también desarrollaron marcadores moleculares para determinar la estructura poblacional de los agentes de control biológico en el campo. Estos marcadores constituyen otro método para observar el impacto que producen los agentes de control biológico liberados sobre los enemigos naturales autóctonos. Gracias a resultados como estos, BINGO ha centrado la atención en la aplicación de conocimientos y técnicas genéticos para la mejora del control biológico. «Aunque todavía queda trabajo por delante, BINGO ha logrado sensibilizar sobre la aplicabilidad de las técnicas genéticas para el control biológico», concluye Pannebakker. «En consecuencia, el control biológico ha avanzado considerablemente y se está convirtiendo en una solución viable para la seguridad alimentaria».
Palabras clave
BINGO, control biológico, seguridad alimentaria, plagas, plaguicidas