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Internet of Food and Farm 2020

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El Internet de las cosas desempeña un papel fundamental en la agricultura de precisión

La utilización de las tecnologías del internet de las cosas (IdC) no solo permite un uso más sostenible de los recursos al lograr que los procesos sean más baratos y ecológicos, sino que también aumenta la productividad y la calidad de los productos. Este proyecto financiado con fondos europeos ha establecido maneras de lograr una mayor integración de la tecnología.

La demanda de alimentos sigue creciendo, lo que ocasiona la intensificación e industrialización del sector agrario. Sin embargo, la tecnología puede ser de ayuda. Desde la seguridad alimentaria a la protección medioambiental, el IdC tiene un enorme potencial en lo que respecta a la producción y distribución de alimentos, un hecho que el proyecto IoF2020 de la Unión Europea (UE) ha acogido rápidamente. «El proyecto piloto a gran escala IoF2020 está atrayendo el interés de partes externas, pymes, agricultores, universidades, fabricantes de maquinaria y empresas de tecnologías de la información, así como de las autoridades regionales y las instancias decisorias. Todos los participantes forman parte del ecosistema IoF2020», explica François Lienard, director de comunicación y difusión. El IdC aumenta la eficiencia de principio a fin El hecho de disponer de datos útiles resulta beneficioso para toda la industria. En el caso de uso de la optimización de la producción vinícola, se pueden extraer diversos conjuntos de datos a partir de aspectos diferentes como los datos climatológicos, la densidad de la lluvia, la humedad del terreno, la coloración de las hojas y la densidad de la población de insectos. A continuación, estos paquetes de datos se reúnen en un panel de control que el agricultor puede usar para obtener información que le ayude a trabajar de forma más eficiente y con unos plazos de reacción más rápidos. Tal y como explica Lienard: «Esto funciona en bodegas donde los sensores y los espectrómetros miden la fermentación y la temperatura al instante y permiten alertar inmediatamente al vinicultor, lo cual supone un crucial ahorro de tiempo y dinero en comparación con los análisis clásicos de laboratorio». En los campos de cultivo, los sensores de IdC conectados a una interfaz especialmente diseñada permite informar a los agricultores sobre si la tierra presenta un grado de humedad suficiente, lo que les ayuda a decidir si deben regar o no los cultivos, además de centrar las tareas de irrigación allí donde se necesitan. De manera similar, en lo que se refiere a la salud de los cultivos, la espectrometría permite saber si una enfermedad está a punto de extenderse en un campo y exactamente dónde se está produciendo el brote. Los agricultores pueden averiguar si simplemente deberían tratar una pequeña parte de cada parcela y hacerlo antes incluso de que la enfermedad haya comenzado a propagarse. «Este tipo de tecnología se usa en todos nuestros casos de uso y en otras iniciativas similares. IoF2020 es una “acción de innovación”, lo que significa que las soluciones que estamos desarrollando deberían estar listas para su comercialización de aquí al final del proyecto en 2020». El proyecto desea encontrar esas soluciones de mercado: cuenta con cerca de noventa puntos de despliegue en toda Europa para su desarrollo, evaluación y validación. Los participantes en los casos de uso están coordinados por un jefe de proyecto y cada caso de uso se centra en evaluar las soluciones de IdC aplicables a los retos a los que se enfrenta su sector. El proyecto está teniendo en cuenta las opiniones de una amplia variedad de expertos. Según explica Lienard: «Participan agricultores, centros de investigación, industrias de mayor tamaño y pymes innovadoras. La finalidad de IoF2020 es cubrir toda la cadena de valor agroalimentaria, de forma que se implique y tenga también en cuenta el sector de la distribución y la logística». Un marco jurídico cambiante La cuestión de la utilización y el almacenamiento de los datos se está debatiendo intensamente a escala de la UE. «Podemos trabajar sobre modelos de negocio que sean beneficiosos para todas las partes y utilizar estos resultados para ayudar a dar forma a la próxima normativa», afirma Lienard. Los resultados son más que satisfactorios y el IoF2020 tiene como meta aumentar su alcance e impacto a medida que se incorpore nuevos miembros a principios de 2019. Esto traerá nuevos casos de uso y países al proyecto, y posiblemente nuevos sectores agroalimentarios.

Palabras clave

IoF2020, producción agraria, agricultura, seguridad alimentaria, internet de las cosas, soluciones industriales, agricultura inteligente, agricultura de precisión, digitalización

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