Riego de consumo de energía nulo y consumo de agua bajo para la agricultura
La tecnología, desarrollada y probada a través del proyecto financiado con fondos europeos MASLOWATEN, se ha transferido desde entonces a veintisiete pymes europeas, que actualmente están en proceso de comercializar e instalar los sistemas para los agricultores. Como señala el coordinador del proyecto, el doctor Luis Narvarte, de la Universidad Politécnica de Madrid (España): «Estos sistemas de riego fotovoltaicos no son el futuro, son el presente, y esperamos un rápido crecimiento del mercado».
Una cuestión apremiante
El riego es de vital importancia para la seguridad alimentaria, el empleo y el desarrollo económico. Aunque la agricultura de regadío ocupa solo el 20 % de la superficie cultivada de la tierra, produce más del 40 % de los alimentos del mundo. En zonas en las que las precipitaciones presentan una variabilidad interanual y estacional alta, el riego es esencial para apoyar la diversificación de cultivos, asegurar el rendimiento y la calidad y estabilizar las existencias de alimentos. Sin embargo, esta dependencia del riego está bajo una presión cada vez mayor. A pesar de la escasez de agua, con demasiada frecuencia la tierra se riega sin dispositivos eficientes ni controles sobre el volumen de agua necesario. El doctor Narvarte indica: «Además, la modernización del riego se basa en aspersores, pivotes y sistemas de goteo que requieren presión para funcionar y consumen electricidad generada con fuentes convencionales que producen emisiones de CO2». Eso se ha convertido en una preocupación importante. El doctor Narvarte estima que la zona mediterránea en su conjunto podría enfrentarse a un aumento de las necesidades brutas de riego de entre el 4 % y el 18 %, debido únicamente al cambio climático, si no se mejoran los sistemas de riego.
Soluciones sostenibles y comercializables
Por tanto, el proyecto MASLOWATEN pretendía acelerar la comercialización en el sector agrícola de sistemas de riego inteligentes e impulsados por energía renovable, con el fin de proporcionar a los agricultores las herramientas necesarias para lograr una producción sostenible de alto rendimiento. Esto se logró en parte eliminando los obstáculos técnicos de los sistemas de riego fotovoltaicos a gran escala. El doctor Narvarte explica: «Algunos de los problemas que superamos estaban relacionados con la intermitencia de la energía debido, por ejemplo, al paso de nubes, y a la adaptación de la producción de electricidad fotovoltaica a las necesidades hídricas. Conseguimos evaluar el funcionamiento de los demostradores a lo largo de dos años». Durante el proyecto, se ejecutaron cinco demostradores a gran escala en regiones de España, Italia, Marruecos y Portugal. Cada pilo cubría distintas necesidades de los agricultores, cooperativas, comunidades de regantes e industrias agrarias. Además, se controlaba durante dos años para demostrar su fiabilidad técnica, viabilidad económica y su respeto por el medio ambiente. «Después, los clientes finales comunicaron sus experiencias y, créanme, ahora están recomendando los sistemas de riego de gran potencia a otros miembros del sector». Los demostradores también mostraron ser sorprendentemente rentables desde el punto de vista económico, ya que permitieron que los agricultores regaran con electricidad renovable y obtuvieran un ahorro en los costes energéticos de entre el 60 % y el 80 %. La reducción en el consumo de agua se estimó entre un 22 % y un 34 %. «El período de amortización de la energía y las emisiones de CO2 se sitúa entre dos y nueve años, es decir, tendrían que transcurrir entre dos y nueve años para devolver la energía y las emisiones de CO2 que se destinaron a su fabricación. La vida útil de la tecnología debería ser de más de veinticinco años». El equipo del proyecto desarrolló herramientas para facilitar la absorción por el mercado de los sistemas de riego fotovoltaicos de gran potencia, tales como especificaciones técnicas que garanticen su calidad y diseño, modelos de simulación, acreditaciones medioambientales y planes de negocio para su comercialización. El doctor Narvarte está convencido de que las soluciones sostenibles a algunos de los problemas más apremiantes del mundo ya se están poniendo en práctica y concluye: «El objetivo final de MASLOWATEN ha sido garantizar la absorción por el mercado de esta solución y tener un impacto real en la economía y el medio ambiente europeos. Hemos estimado que el mercado potencial de esta tecnología es de unos 16 GW solo para el sur de Europa. Esto representaría un negocio potencial de unos 24 000 millones de euros, más de 290 000 nuevos puestos de trabajo y una reducción de más de 16 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año».
Palabras clave
MASLOWATEN, fotovoltaico, riego, agua, renovable, energía, España