En pos de vehículos eléctrico resilientes a la temperatura
La limitada autonomía de conducción es considerada generalmente como el principal obstáculo para el crecimiento del mercado de los vehículos eléctricos. Y aunque el aumento de la capacidad de las baterías podría parecer la forma más natural de atajar este inconveniente, esto no resolvería el otro problema estrechamente relacionado del que adolecen actualmente los vehículos eléctricos: una autonomía imprevisible debido a las fluctuaciones de temperatura. Las baterías, cuando se someten a temperaturas extremadamente frías o calientes, tienden a perder hasta la mitad de su capacidad inicial. Lograr una resiliencia a la temperatura aumentaría considerablemente la confianza en los vehículos eléctricos ligeros y, por lo tanto, no es de extrañar que desde 2015 un consorcio constituido por once socios se haya marcado como prioridad aumentar la autonomía de conducción y su predictibilidad, sin aumentar más los costes y el peso. «Nuestro objetivo principal en el marco del proyecto OSEM-EV era hacer que la temperatura de la batería fuera resiliente utilizando el calor del coche, y aumentarla o disminuirla gracias a una bomba de calor», afirma Reiner John, coordinador del proyecto en nombre de Infineon Technologies. En conjunto, el proyecto ha desarrollado una gama de soluciones de gestión térmica que incluyen aislamiento, almacenamiento de energía térmica, enfoques innovadores de calefacción y refrigeración, control electrónico de energía electrotérmica y flujos de energía, mayor eficacia energética de los componentes y subsistemas electrificados, fuentes de energía alternativas y funciones de recolección de energía. Sin embargo, lo que realmente le confiere a OSEM-EV (Optimised and Systematic Energy Management in Electric Vehicles) su carácter distintivo es su concepto de bomba de calor y la movilización de calor residual desde otros subsistemas. Gracias al conocimiento cuantitativo exhaustivo de los flujos de energía en los vehículos eléctricos acumulado durante el proyecto, el consorcio logró diseñar y optimizar la arquitectura energética de los vehículos y desarrollar algoritmos de control para una gestión eficaz de la energía electrotérmica acoplada. Esto no solo mejora la eficacia energética del sistema de propulsión, sino también la fiabilidad y la vida útil de todos los subsistemas del automóvil. La tecnología se demostró satisfactoriamente en dos clases diferentes de vehículos eléctricos: uno en el segmento A y otro en el segmento C. Estos dos segmentos se seleccionaron por sus requerimientos y conformaciones muy diferentes y, lo que es más importante, por su alto potencial de mercado. Mientras se están ultimando los planes de comercialización, John señala que Daimler llevará a cabo un seguimiento de su propio prototipo y tiene la intención de incluir los nuevos componentes en los futuros modelos. La empresa IFEVS, por otra parte, hará un seguimiento de su propio demostrador (un camión de pequeñas dimensiones concebido para el reparto de alimentos) y ha puesto a disposición de todos los socios del proyecto planes detallados del proceso. Una cosa es segura: tarde o temprano, una nueva generación de coches eléctricos capaces de funcionar en casi todas las condiciones meteorológicas llegará a nuestras carreteras, con un uso mínimo de energía para mantener el habitáculo de los pasajeros y el compartimento de la batería térmicamente climatizados, así como una reducción drástica de la autodescarga de la batería y del uso de energía.
Palabras clave
OSEM-EV, vehículo eléctrico, resiliencia a la temperatura, autonomía, capacidad de la batería, gestión del calor