Un paso más cerca de lograr un tratamiento combinado contra la psicosis y la obesidad
Si bien en principio no suelen causar la muerte, los trastornos psicóticos, como la esquizofrenia, pueden resultar muy difíciles de sobrellevar. De hecho, esto hace que algunos pacientes fracasen en sus esfuerzos por mantener un estilo de vida saludable y gestionar los efectos secundarios de la medicación. Hasta ahora, se pensaba que esta confrontación era la causa de la elevada prevalencia de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico entre los pacientes con trastornos psicóticos y, en última instancia, de una esperanza de vida entre quince y veinte años menor que la de un ciudadano medio. ¿Y si resulta que hay algo más? Tal y como señala el doctor Matej Oresic, en realidad pueden detectarse anomalías en la homeostasis de la glucosa, hiperinsulinemia y acumulación de grasa visceral en pacientes con un primer episodio de psicosis (PEP), sin tratamiento previo y con independencia de la obesidad. Por este motivo, es necesario comprender mejor el vínculo entre el metabolismo de los lípidos y las enfermedades concomitantes metabólicas de los trastornos psicóticos. «Considerábamos que la obesidad y los trastornos psicóticos eran similares en lo que respecta a los cambios asociados del equilibrio energético y las enfermedades relacionadas, incluido el síndrome metabólico. Sin embargo, se desconocen los mecanismos que vinculan la expansión del tejido adiposo con estas enfermedades concomitantes. En lugar de demostrar la existencia de relaciones causales, estas similitudes sugieren que las causas específicas de (y las alteraciones metabólicas asociadas con) la obesidad desempeñan un papel en el desarrollo de trastornos psicóticos, posiblemente antes incluso de que se desarrolle la obesidad», afirma. En otras palabras, el metabolismo de los lípidos podría ser el vínculo entre la psicosis y sus enfermedades metabólicas asociadas. La existencia de este vínculo podría ofrecer nuevas oportunidades para el desarrollo de nuevas herramientas de diagnóstico, lo cual era uno de los propósitos del proyecto METSY (Neuroimaging platform for characterisation of metabolic co-morbidities in psychotic disorders). Mediante la utilización de un enfoque multimodal que incluyó un sistema híbrido de TEP/RM para la obtención de imágenes del cerebro, la espectrometría de masas para la determinación de los niveles circulantes de endocannabinoides y otros lípidos, y el análisis integral de los datos adquiridos mediante herramientas bioinformáticas específicamente desarrolladas por los socios del proyecto, el equipo del proyecto observó particularmente una estrecha asociación entre los niveles de endocannabinoides en la sangre y la disponibilidad de CB1R en el cerebro de las personas sanas. Sin embargo, esta asociación parece romperse en el caso de los pacientes psicóticos. «Por otra parte, nuestra investigación sugiere que los pacientes con un PEP y que aumentan de peso durante la fase de seguimiento presentan una característica específica en cuanto a los lípidos circulantes que es indicativa de un nivel elevado de grasa hepática, con independencia de la obesidad. Desde un punto de vista clínico, esto resulta relevante porque podría ayudar a identificar a los pacientes con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas asociadas con la psicosis, así como a guiar la elección del tratamiento», resalta el doctor Oresic. Además de ayudar a identificar a los pacientes psicóticos que corren un mayor riesgo de desarrollar enfermedades concomitantes metabólicas y, con ello, posiblemente permitir su prevención, los hallazgos del proyecto METSY ofrecen nuevas oportunidades para los sectores de diagnóstico y farmacéutico. El primero podría beneficiarse de la identificación de los biomarcadores, mientras que el segundo podría explorar la posibilidad de combinar tratamientos antipsicóticos y contra la diabetes o la obesidad para hacer frente a la psicosis a la vez que se previenen las complicaciones metabólicas», explica el doctor Oresic. Ya se han iniciado las investigaciones de seguimiento. Estas incluyen: estudios adicionales para examinar el papel del hígado graso y del eje intestino-hígado-cerebro en general, en la psicosis y en las enfermedades metabólicas asociadas; estudios sobre el sistema endocannabinoide en los trastornos psicóticos; y la continuación del desarrollo de herramientas y métodos para analizar e interpretar datos multimodales en estudios sobre la psicosis. «Tenemos la intención de seguir desarrollando estos enfoques, especialmente aquellos que se centran en la integración de los datos de neuroimagen y “multiómica”, que en el futuro también incluirán datos del microbioma intestinal (secuenciación aleatoria). Además, queremos ayudar a llevar a la práctica clínica la herramienta de apoyo a la toma de decisiones desarrollada por el proyecto METSY, lo cual ya se ha conseguido en el campo de las enfermedades neurodegenerativas», concluye el doctor Oresic.
Palabras clave
METSY, psicosis, obesidad, lípidos, esquizofrenia, enfermedades concomitantes