Nuevos datos sobre la construcción de las grandes bóvedas góticas ayudan a los restauradores del futuro
En relación con el diseño excepcionalmente intricado de las bóvedas y los enervados arcos del Gótico, sabíamos muy poco sobre cómo se comunicaban los arquitectos con los maestros canteros. Los pocos bocetos de planos de los que se dispone, como los de parte de la catedral de Estrasburgo, muestran una sorprendente carencia de instrucciones por escrito e incluso no figuran las mediciones. Teniendo en cuenta que el arquitecto no se encontraba en el propio lugar de construcción, los investigadores de este campo siempre se han mostrado desconcertados ante la duda de cómo pasaban estas complejas estructuras de un trazado bidimensional a las excepcionales bóvedas tridimensionales que nos cautivan en la actualidad. Encontrar la respuesta a esta pregunta era el principal objetivo del proyecto financiado con fondos europeos REGOTHICVAULTDESIGN (Design Principles in Late-Gothic Vault Construction – A New Approach Based on Surveys, Reverse Geometric Engineering and a Reinterpretation of the Sources). El doctor David Wendland, coordinador del proyecto, explica: «Hasta ahora, nuestros conocimientos se han basado principalmente en fuentes que, en ciertos aspectos, parecen estar incompletas. El innovador enfoque del proyecto consiste en formular hipótesis relativas al diseño directamente a partir de la construcción, con un método de trabajo que no era común en levantamientos hasta ahora». Pese a ser un interesante misterio por derecho propio, esta cuestión también afecta a las tareas de restauración y mantenimiento, ya que las buenas prácticas de conservación se benefician de la capacidad para inspirarse en las técnicas originales. Explorar las técnicas de los maestros canteros medievales Los conocimientos de los canteros se compartían oralmente, en logias y talleres. Uno de estos talleres, que participó en la construcción de la catedral de Estrasburgo entre los siglos XII y XVI, todavía sigue en funcionamiento. Allí se enseñan actualmente técnicas de cantería con una precisión histórica, lo que hizo que este taller se convirtiese en un participante ideal para la investigación del doctor Wendland. Con el fin de establecer cómo llevaban a cabo su trabajo los maestros canteros de hace quinientos años y averiguar cómo indicaban a los cortadores el tamaño de las piedras con esa precisión geométrica, el doctor Wendland y su equipo realizaron ingeniería inversa de, entre otras muchas, la bóveda de crucería de la iglesia de Santa Ana en Annaberg y el palacio de Meissen, en Alemania. «Estas estructuras son extremadamente complejas en cuanto a su geometría, con complicadas mallas de nervios que se entienden a lo largo de las curvas tridimensionales y se entrecruzan a distintos niveles en las dovelas», afirma el doctor Wendland de la Universidad Técnica de Dresde, Alemania. Una de las técnicas que utilizó el proyecto fue crear una mayor extensión de superficie de yeso (10 × 15 metros), que se formó en una «superficie de trazado» en la Universidad de Dresde. El uso de plantas de trazado fue una técnica estándar empleada en la época y los investigadores estaban interesados en replicar el proceso utilizando solo escuadras, compases y reglas. Un proceso prolongado Utilizando la planta de trazado y los instrumentos que podrían haber empleado los canteros originales, el equipo trazó el patrón de una bóveda en Meissen. «Representar las tres dimensiones en una superficie plana supuso todo un reto», explica el doctor Wendland. Una vez que se había establecido el diseño sobre el yeso, los investigadores compararon el patrón con las dimensiones descubiertas mediante su levantamiento de la bóveda original. Se utilizaron plantillas de cobre, a las que se hace referencia en algunas descripciones manuscritas de la tarea, para transferir los diseños planos al tallado tridimensional de la piedra. «Probamos nuestra teoría con bloques de hormigón, porque son más fáciles de esculpir y nos permitieron realizar pruebas rápidas», afirma. Sin embargo, su sistema demostró ser robusto y pasó a utilizarse piedra de calidad en los trabajos con bastante rapidez. Maestros canteros del siglo XXI, conocimientos técnicos de hace quinientos años La investigación académica no era el único objetivo de los dos proyectos. De igual importancia para el equipo franco-alemán era la difusión del «conocimiento vivo». Para este fin, participaron en el tallado aprendices del taller de cantería. Tal y como explica el doctor Wendland: «Ahora se conoce el procedimiento histórico de planificación y exposición para cualquiera que trabaje en la restauración de bóvedas históricas. Para transmitir la información es fundamental contar con la participación de profesionales jóvenes». Continúa explicando que la idea en la que se basa todo el proyecto no es solo redescubrir y comprender las técnicas históricas, sino incorporarlas a las prácticas de restauración actuales. «Los restauradores podrían al menos tener la opción de utilizar técnicas históricas de exposición, planificación y corte». Investigación a largo plazo con objetivos a más largo plazo El trabajo del equipo se llevó a cabo durante la vigencia de dos proyectos financiados con fondos europeos. A partir de los procesos explorados por REGOTHICVAULTDESIGN, que se centró en el levantamiento, la segunda fase, denominada REGothicVaultElements (Late Gothic vaults and their complex stone members: Recovering historical design procedures, implementing knowledge in restoration practice), se centró en replicar las técnicas de construcción. «Estos proyectos nos han permitido conocer mejor los principios del diseño geométrico y cómo se formulaban las instrucciones para producir sus elementos creados a partir de una única piedra. Esta información servirá de ayuda para las prácticas de conservación en el futuro», concluye el doctor Wendland.
Palabras clave
REGOTHICVAULTDESIGN, REGothicVaultElements, arquitectura gótica, restauración, catedrales, catedral, bóvedas de crucería