En la dirección correcta para proteger a los usuarios vulnerables de la carretera
Los empeños por reducir los accidentes de carretera, como la implantación de sistemas de transporte inteligentes (STI), suelen tomar como punto de partida el diseño de los vehículos y las infraestructuras. Lamentablemente, en la búsqueda de sistemas de transporte que sean menos contaminantes, más seguros y más eficientes con frecuencia se han pasado por alto las necesidades de los usuarios vulnerables de las carreteras. Estos usuarios representan el 68 % de los fallecidos por accidentes de carretera en zonas urbanas. Ello impone claramente la obligación de enmendar ese desequilibrio, como foco de atención dentro del compromiso asumido por la UE de reducir a la mitad las muertes en las carreteras antes de 2020. El proyecto VRUITS, financiado con fondos europeos, tenía el cometido de integrar plenamente las necesidades de estos usuarios vulnerables, para lo cual estudió el comportamiento humano real en diversas condiciones de STI. Enfoques de seguridad vial centrados en el humano, a prueba Se llevó a cabo un análisis exhaustivo de costes y beneficios de diversos enfoques de STI, con la finalidad de evaluar las consecuencias para la sociedad de los STI seleccionados. Según explicó el Dr. Johan Scholliers: «La evaluación de las consecuencias se efectuó en dos fases: una fase cualitativa en la que se analizaron veintitrés sistemas y otra fase cuantitativa en la que se analizaron a fondo diez de ellos. La evaluación cuantitativa se fundamenta en estimaciones del efecto cuantitativo de cada mecanismo, de las tendencias en los accidentes y del grado de implantación». Las tendencias relativas a los accidentes se extrajeron de la base de datos CARE de la UE, una iniciativa derivada de su programa comunitario sobre seguridad vial. A fin de proporcionar prácticas recomendadas de base factual sobre el modo de integrar a los usuarios vulnerables de la carretera en los Sistemas de Transporte Inteligentes y sobre la forma de adaptar los diseños de las interfaces humano-máquina (HMI) para atender las necesidades de ese colectivo, el equipo de VRUITS probó de forma piloto varios sistemas en España y Países Bajos. Según expuso el coordinador del proyecto, el Dr. Johan Scholliers: «El método seguido para evaluar el efecto sobre la seguridad se fundamenta en el enfoque articulado por el proyecto eIMPACT, también financiado por la UE. Conforme a ese enfoque, el efecto de los STI se evalúa en relación con nueve mecanismos que pueden influir en el comportamiento del usuario de la vía pública, teniendo en cuenta efectos indirectos y a largo plazo». Las pruebas de los sistemas que se llevaron a cabo en los Países Bajos tenían la meta de reforzar la seguridad en los cruces. Se ensayó de forma piloto un STI capaz de alertar a ciclistas y conductores del riesgo de colisión y que incorpora el frenado automático del automóvil. El sistema funcionó del modo esperado durante las pruebas; así, la unidad implantada en el lateral de la calzada detectó a cerca del 80 % de los ciclistas. Además, los ciclistas voluntarios señalaron varias ventajas del sistema en cuanto a la seguridad. Por otro lado, en Alcalá de Henares (España) se probaron detectores de peatones y sistemas de notificación para determinar si aumentaban la seguridad en los cruces. Según las pesquisas, la tecnología probada mostró buenas posibilidades, pero se anulaban en parte por los costes de la integración en la infraestructura existente. En otro estudio hecho en España se examinó si unos semáforos controlados por sensores podían mejorar la movilidad de los peatones, y se concluyó que las modificaciones redujeron en un 20 % su tiempo de espera. En otra prueba destinada a mejorar la visibilidad en los pasos de zebra se reforzó la seguridad al reducir en un 5 % el número de peatones que cruzaban la carretera con el semáforo en rojo. Recomendaciones basadas en hechos objetivos Después de analizar los diez sistemas, el equipo de VRUITS constató que todos daban muestras de mejorar la seguridad, la movilidad o la comodidad de los usuarios vulnerables de la carretera, mientras que el coste justificaba la implantación de siete de ellos. Partiendo de las pruebas acumuladas, el equipo pudo recomendar medidas claras por parte de las autoridades políticas y la industria. Dichas recomendaciones se clasificaron teniendo en cuenta factores externos condicionantes, como el probable impacto en la sociedad, el marco jurídico, las infraestructuras imperantes, la preparación del mercado y la privacidad de la información. No obstante, para que su implantación a largo plazo sea un éxito, es probable que haya que ahondar en las investigaciones. Según señaló el Dr. Scholliers: «Se necesitan nuevas investigaciones para mejorar el rendimiento de los sistemas que plantean un gran potencial de brindar beneficios. Por ejemplo, hay que mejorar la precisión de la detección y entender más a fondo el comportamiento de los usuarios de la vía pública en relación con sistemas como los de detección de peatones con frenos de emergencia. También se necesitan más ensayos a gran escala para demostrar los beneficios para todas las partes interesadas». Por lo pronto, los investigadores de España y Países Bajos y algunas entidades industriales están sacando partido a los frutos de esta investigación. Así, uno de los ensayos piloto efectuados en España de la mano de SICE (empresa de integración de tecnologías) ha dado lugar a la creación de SafeCross, producto que ayuda a peatones con movilidad reducida a cruzar la carretera de manera segura.
Palabras clave
VRUITS, ciudades inteligentes, sistemas de transporte inteligente, usuarios vulnerables de la carretera, seguridad vial, seguridad de los peatones, seguridad de los ciclistas, seguridad de los conductores, movilidad, tráfico