Los árboles, indicadores milenarios de las temperaturas
Hallar vestigios de las alteraciones climatológicas a largo plazo que tuvieron lugar en el pasado es esencial para comprender el impacto que tendrá el cambio climático en los ecosistemas. Estos datos permiten dilucidar las causas naturales y antrópicas de las variaciones en las temperaturas y, por tanto, ayudan a la Unión Europea a prepararse para posibles catástrofes medioambientales. El proyecto EU-ISOTREC, financiado con fondos europeos, se puso en marcha con el propósito de describir estos cambios climáticos y la respuesta fisiológica de los árboles ante las alteraciones medioambientales, tanto actuales como de periodos geológicos pasados. Para ello se emplearon métodos tradicionales combinados con modelos y análisis de la amplitud, la densidad y las señales isotópicas de los anillos de crecimiento de los árboles, los cuales encierran información sobre patrones de temperaturas a gran escala. Por estos medios los científicos descubrieron que el proceso de calentamiento que está teniendo lugar en el norte de Siberia ya se produjo hace miles de años. Constataron además que el calentamiento global ha hecho más mella en los ecosistemas forestales al norte de la zona central de Siberia que en el noreste de dicha región. En las últimas décadas, los árboles han reaccionado fisiológicamente ante la escasez de agua, lo que podría convertirse en una tendencia consolidada junto con el aumento de las temperaturas en la zona. En consecuencia, la investigación apunta a que estos árboles experimentarán un estrés hídrico considerable y verán aumentado el índice de incendios y los ataques de insectos. Estos hallazgos servirán para confeccionar herramientas de desarrollo de estrategias eficaces de gestión de los bosques rusos. Las decisiones de gestión documentadas convierten a esta región en un estudio de caso europeo para el control de los impactos del cambio climático a gran escala.
Palabras clave
Señales isotópicas, anillos de los árboles, cambios climáticos, cambios medioambientales, Siberia