Aeronaves dirigidas con la mente: ¿realidad o ficción?
Los artífices del proyecto «Brain controlled aircraft flight using multiple feedback mechanisms» (BRAINFLIGHT), financiado con fondos europeos, se propusieron desarrollar BMI adaptadas a aplicaciones aeronáuticas. Las neuronas producen señales eléctricas que pueden transformarse en órdenes para controlar o dirigir una aeronave mediante respuestas activas, pasivas o reactivas. Los investigadores definieron los requisitos, las funciones y las interfaces entre los distintos subsistemas de la arquitectura, así como cinco escenarios de validación adaptados a vuelos ordinarios y comerciales, exhibiciones acrobáticas y vehículos aéreos no tripulados (VAT). Para garantizar la seguridad del sistema, se esbozaron los diseños de dos controladores que pueden dirigirse con el cerebro o manualmente. Los científicos adaptaron el sistema de control en tierra (GCS), proporcionado por uno de los miembros del consorcio, y un simulador de vuelo para hacerlos compatibles con el sistema electroencefalográfico encargado de registrar las señales del cerebro. Tras realizar pruebas en un simulador de vuelo y mejorar la retroalimentación táctil, los investigadores diseñaron y optimizaron un paquete de software con un módulo de control y dieciséis transductores táctiles. Los distintos componentes de BRAINFLIGHT —BMI, GCS y simulador— superaron las pruebas en un entorno de simulación. El piloto recibió la instrucción oportuna para poder manejar el sistema y se llevó a cabo una prueba de aprendizaje. A continuación, el sistema BRAINFLIGHT se probó en situaciones reales con un VAT, obteniendo buenos resultados. Los resultados del proyecto se difundieron profusamente a través de artículos científicos y gracias a una amplia cobertura mediática. La tecnología de BRAINFLIGHT marcará un antes y un después en la aviación, al permitir a personas con discapacidad física pilotar aviones tras realizar una formación obligatoria pero asequible a pesar de sus limitaciones. Al utilizar las señales neurológicas para controlar la aeronave, una vez desarrolladas las destrezas «subconscientes» necesarias, el piloto podrá dedicarse a otras funciones importantes y, al mismo tiempo, verá reducida su carga de trabajo. Esta capacidad supondría todo un alivio para los pilotos, si se tiene en cuenta el aumento actual del tráfico aéreo y de la complejidad de las aeronaves.
Palabras clave
Cerebro, aeronave, interfaz cerebro-máquina, aviación, vehículos aéreos no tripulados