Un robot cuadrúpedo para explorar el alcantarillado de Zúrich
A pesar de que los trabajadores dedicados a esta actividad en Europa cuentan con mucha más seguridad que sus homólogos en países menos desarrollados, este trabajo no está exento de riesgos. A pesar de las medidas de seguridad actuales, los inspectores y trabajadores que reparan, sustituyen o mantienen las canalizaciones corren el riesgo de contraer enfermedades relacionadas con su trabajo que pueden incluso llegar a ser mortales. Pero los peligros no se limitan a las enfermedades. La irrupción repentina de agua en los sumideros mientras que se trabaja en las canalizaciones también puede resultar mortal. Un robot versátil utilizado en el proyecto financiado con fondos europeos THING podría lograr que dichos peligros no sean en un futuro más que un mal recuerdo. El robot denominado ANYmal ya muestra capacidades impresionantes. Tal y como se indica en el artículo publicado en «Phys.org» por la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH, por sus siglas en alemán) en Suiza, socia del proyecto, el robot, además de ver, oír y tocar, tiene la capacidad de agarrar gracias a un brazo con el que puede «abrir puertas, tirar residuos o pulsar el botón de un elevador». El equipo de THING trabaja ahora en la mejora de la percepción háptica del robot, esto es, su capacidad para percibir y manipular objetos sirviéndose para ello del sentido del tacto. Su objetivo es que el robot sea capaz de moverse fácilmente por sí mismo y aumentar el grado de percepción que tiene de su entorno. ¡A las alcantarillas! Tras haberlo probado únicamente en el laboratorio, los investigadores llevaron a ANYmal a una de las alcantarillas de Zúrich a cuatro metros bajo tierra. Su intención era comprobar si algún día podría llegar a sustituir a los humanos en la inspección de estas infraestructuras. La primera tarea fue comprobar si el robot podía maniobrar en la oscuridad del alcantarillado. Tras bajar a un túnel de tres metros de altura y cinco de ancho, el robot cuadrúpedo se orientó a pesar de la falta de luz e incluso pudo subir un escalón de veinte centímetros. ANYmal escaneó su entorno mediante el sentido del tacto, sensores láser y cámaras. «Si se identifican las irregularidades en la superficie del hormigón es posible determinar su ubicación en todo momento», explicó el profesor de sistemas robóticos de ETH Zúrich Marco Hutter. El robot está construido con fibra de carbono y aluminio, materiales que logran que sea sólido y relativamente ligero (30 kg). Puede andar, trotar, arrastrarse, correr, saltar, levantarse si se cae, subir escalones, superar o eliminar obstáculos y además puede alcanzar velocidades de hasta 1 m/s. Su cámara con zoom de alta calidad le permite obtener información detallada a gran distancia. La información se reinterpreta mediante algoritmos de visión artificial. Una cámara térmica mide la temperatura con precisión para detectar riesgos como incendios eléctricos antes de que se produzcan. Mediante micrófonos ultrasónicos y de otra índole es posible detectar diferencias en el funcionamiento de máquinas y escapes de gas. Por último, mediante sensores láser se crean mapas tridimensionales precisos del entorno en los que se identifican personas y objetos a través de algoritmos informáticos. Durante las pruebas, el robot registró 500 000 mediciones por segundo que los investigadores analizarán durante los próximos meses. Para finales de año, el equipo de THING (subTerranean Haptic INvestiGator) se propone probar el robot en una mina de cobre de Polonia a fin de determinar si es capaz de funcionar en entornos con superficies calientes, polvorientas y cubiertas de grava. Para más información, consulte: Sitio web del proyecto THING
Países
Reino Unido