Un estudio de los secretos ocultos bajo el hielo antártico
La comunidad científica investiga la Antártida desde hace mucho tiempo, si bien la mayor parte del esfuerzo indagatorio se ha dedicado a las condiciones actuales de esta región. La información extraída ha permitido averiguar qué factores han conducido hasta la situación actual y cuál será con mayor probabilidad la evolución del continente en un futuro. No obstante, el conocimiento que se posee es extraordinariamente limitado debido a que los datos disponibles solo abarcan los últimos cien años. Para conocer más a fondo el continente es necesario estudiar la historia geológica y climática desde el Cuaternario superior, pero esta información está enterrada en el hielo. La capa de hielo que cubre el continente antártico es la responsable de que no existan apenas observaciones terrestres sobre el pasado geológico de esta zona del planeta. Científicos del proyecto COMANT (Comminution dating of glacio-marine sediments in Antarctica and the Southern Ocean) descubrieron que esta información puede obtenerse de testigos extraídos de los sedimentos marinos en torno a la Antártida, en concreto a través del estudio del origen de los materiales erosionados y del tiempo que transcurrió hasta que se depositaron. De este modo es posible reconstruir la historia de la erosión del continente, los mecanismos de transporte de sedimentos y las escalas temporales asociadas. «Este proyecto emplea un método innovador denominado datación de la pulverización para determinar los cambios temporales y espaciales acaecidos durante el transporte de sedimentos clásticos de baja granulación originados por erosión subglacial en el Cuaternario superior. Esta información puede observarse en el flujo de hielo y sedimentos que se ha depositado en el océano Antártico», explicó Adi Torfstein, director del proyecto. Determinar la edad de pulverización El proyecto COMANT se basa en resultados recientes extraídos del mar de Weddell en los que se muestra que el tiempo transcurrido en el transporte de sedimentos varía entre decenas y miles de años en función de las escalas temporales glaciales e interglaciales implicadas. «A partir de estos resultados preliminares, estudié las edades de la pulverización de una gran cantidad de depósitos marinos glaciales en emplazamientos de distintos puntos del océano Antártico», explicó Torfstein. «Esta labor me permitió realizar un estudio exhaustivo de los sesgos naturales y analíticos del método de datación de la pulverización». El proyecto estudió en mayor medida el desequilibrio de la serie U en material detrítico, una medición del tiempo transcurrido durante el transporte y el desgaste. Cuando un fragmento de roca se tritura hasta alcanzar un tamaño de partícula de unos pocos micrómetros de diámetro, un proceso muy rápido en los entornos glaciales, uno de los isótopos del uranio (234U) se pierde de un modo constante del borde de la partícula debido al proceso de desintegración radiactiva. «Esta pérdida de 234U se puede medir y depende, entre otros factores, de la velocidad de la desintegración radiactiva de los isótopos de uranio», indicó Torfstein. Según el investigador, este proceso de pérdida de 234U, supone un reloj geológico útil para calcular la edad de formación de una partícula (en oposición a la edad de formación de una roca o un mineral). El tiempo transcurrido entre la formación de la partícula hasta la actualidad se denomina «edad de la pulverización». Un conocimiento más profundo de la historia terrestre El proyecto sigue en marcha, pero sus investigadores confían en que el trabajo realizado suponga el primer estudio sistemático a gran escala de la edad de la pulverización en el océano Antártico. En este sentido, el estudio ampliará las capacidades de datación de los depósitos continentales y generará un conocimiento más amplio sobre temas básicos de sedimentología, glaciología y evolución del paisaje. «Su importancia radica en que la edad de pulverización de una partícula se produce por la interacción entre el cambio climático, la evolución tectónica de los continentes y la eficacia de los mecanismos de transporte tanto continentales como oceánicos —añadió Torfstein—. La edad de la pulverización revela el impacto acumulado de los procesos que rigen la conformación de la superficie terrestre con el paso del tiempo, y la reconstrucción de estas épocas nos permite comprender mejor su historia». Para más información, consulte: Página del proyecto en CORDIS
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Israel