Una base de datos de cultivos transgénicos en aras de la seguridad de los piensos para animales en la UE
La base de datos IPAFEED, uno de los resultados esenciales del proyecto MARLON, contiene datos con los que examinar los posibles efectos de los cultivos modificados genéticamente (MG) sobre la salud del ganado. Al proporcionar directrices y recursos para vigilar a fondo los riesgos que plantean para el ganado los piensos MG, los responsables del proyecto pretenden facilitar a los organismos reguladores y a las entidades que conforman la cadena de suministro alimentario la tarea de identificar tales riesgos sanitarios con antelación y eficacia. La seguridad alimentaria se ha erigido en una cuestión de gran notoriedad tanto para la industria como para las autoridades políticas. En las últimas décadas se han producido alarmas alimentarias de gran repercusión social (desde la llamada «enfermedad de las vacas locas» en la década de los noventa hasta la presencia de carne de caballo en productos vacunos, hace un par de años) que han mermado la confianza del consumidor en el grado de seguridad de los productos alimentarios. Ello ha costado miles de millones de euros a las empresas del sector en forma de ingresos previsibles y no percibidos, y ha motivado numerosos llamamientos a imponer normas de trazabilidad aún más rigurosas y, a la vez, un etiquetado más informativo de los productos. Algunos testimonios aparecidos en medios de comunicación han alertado de posibles perjuicios motivados por el consumo de cultivos MG por parte del ganado, extremo aún sin confirmar. Para garantizar la necesaria transparencia, el equipo de MARLON se propuso reunir en un mismo sitio los conocimientos existentes sobre cultivos MG usados en piensos para animales. La base de datos IPAFEED se nutrió de artículos científicos que contenían descripciones extensas de cada estudio, resultados accesibles y vínculos a diversas fuentes. Esta base de datos se actualizó continuamente durante los tres años que duró el proyecto, finalizado en julio de 2015. Además, los once socios del proyecto, repartidos por ocho países, llevaron a cabo estudios en sus respectivas naciones. Los investigadores recabaron también información sobre indicadores objetivos de la salud animal y sobre la manera más adecuada de analizar la exposición a este posible riesgo. Asimismo, se crearon herramientas y directrices para facilitar la tarea de examinar la salud a largo plazo de aquellos animales expuestos a piensos derivados de cultivos MG. Hay buenas noticias para las autoridades legislativas y para el sector europeo de la agricultura: en conjunto, los datos recabados en ensayos alimentarios controlados a corto plazo, a largo plazo y de varias generaciones no revelaron perjuicios sanitarios en los animales alimentados con ingredientes MG. De hecho, los efectos podrían ser incluso positivos. Así, por ejemplo, varios informes apuntan a que los cultivos MG resistentes a insectos podrían contener una concentración menor de las sustancias químicas tóxicas generadas por los hongos que pueden colonizar cultivos atacados por insectos. En muchos casos, los cultivos MG producidos fuera de Europa van destinados a varios sectores, dentro de la UE, donde son procesados y transformados en piensos para animales. La UE autoriza el uso de ingredientes derivados de cultivos MG siempre que cada cultivo se someta y supere rigurosas evaluaciones de seguridad. Además, las autoridades pueden exigir una vigilancia post-comercial destinada a verificar las presunciones precomerciales. Este es un requisito que aún no se aplica a los piensos MG para animales, pero los integrantes del consorcio MARLON decidieron que la agricultura europea debía anticiparse y resolvieron poner al alcance un medio de vigilar a fondo los ingredientes MG de los piensos. De esa manera, los legisladores dispondrán de las herramientas necesarias llegado el caso de que se imponga el requisito jurídico de realizar evaluaciones post-comerciales. Para más información, consulte: página web del proyecto MARLON
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Países Bajos