WALK-MAN pone el listón alto para la fase final del DARPA Robotics Challenge
Hoy en día, da la impresión de que existen robots capaces de realizar cualquier actividad, desde bailar hasta jugar al tenis de mesa o tocar la trompeta. Pero gracias al avance de la tecnología, los ingenieros tratan ahora de crear una nueva generación de robots que puedan ayudar en situaciones donde las personas no puedan intervenir. El robot WALK-MAN se construyó con este mismo fin, el de funcionar sin fallos en entornos devastados por catástrofes naturales o por la mano del hombre. Fruto del trabajo conjunto del Instituto Italiano de Tecnología, la Universidad de Pisa, el Instituto Federal Suizo de Tecnología de Lausana, la Universidad Católica de Lovaina y el Instituto Tecnológico de Karlsruhe, el robot WALK-MAN exhibe una serie de habilidades inéditas en el campo de la robótica. En un vídeo del proyecto publicado la pasada semana se muestra cómo la destreza y fuerza del robot le permiten adoptar posturas propias de los monjes Shaolin, girar válvulas pesadas, abrir puertas y conducir un coche. Pero eso no es todo: por supuesto, WALK-MAN puede caminar, gatear sobre un terreno irregular, mover elementos de mampostería pesados o manipular taladros neumáticos, y todo ello de forma independiente o por medio de un mando a distancia. De hecho, este robot posee una autonomía de una hora gracias a su batería integrada. Para alcanzar este resultado, el consorcio tuvo que superar la capacidad de deambulación actual de los sistemas humanoides. Mediante el uso de manos, brazos, piernas, pies y tronco, y sirviéndose de elementos próximos como barandillas, paredes y muebles, el robot WALK-MAN puede caminar por espacios atestados de objetos y personas sin perder el equilibrio. Las manos del robot también se han construido con el máximo detalle; su diseño, inspirado en una mano humana, combina robustez y adaptabilidad para asir y manipular herramientas manuales perfectamente. En lo que respecta a la percepción, la cabeza de WALK-MAN incorpora un sistema de visión estereoscópico, un escáner láser en 3D giratorio y una cámara de profundidad que realiza las funciones de detección y cartografía en tres dimensiones. Asimismo, incluye cámaras en color que le confieren una perspectiva adicional del entorno y facilitan el desplazamiento. La competición de DARPA Una vez reconocido por sus facetas innovadoras, este robot humanoide de 1,85 metros de altura y 100 kilos de peso tendrá la difícil tarea de representar a la Unión Europea en la fase final del DARPA Robotics Challenge (de la Agencia de proyectos de investigación avanzada del Ministerio de Defensa de Estados Unidos), que tendrá lugar los días 5 y 6 de junio de 2015. El objetivo último de esta competición es conseguir que los robots del futuro, en cooperación con personas, puedan realizar las actividades más peligrosas en zonas devastadas por desastres para reducir así el número de bajas humanas y salvar vidas. WALK-MAN ya superó las rondas clasificatorias de la competición de DARPA en diciembre de 2014. Para conseguir la victoria, primero tendrá que enfrentarse a otros veinticuatro equipos procedentes de Estados Unidos, Japón, Alemania, China y Corea del Sur. El equipo ganador será aquel cuyo robot muestre la mejor capacidad de maniobrar en entornos degradados, manipular herramientas diseñadas para personas y tomar decisiones de forma semiautónoma a partir de las órdenes de un operador y de la información recibida a través de sus sensores; además, deberá resultar fácil de manejar para personas sin conocimientos de robótica. Si consigue salir vencedor, el equipo de WALK-MAN se embolsará 3,5 millones de dólares (3,1 millones de euros) en premios. Para más información, consulte: WALK-MAN http://www.walk-man.eu/
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Italia