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Nanomateriales para preservar obras de arte antiguas

El profesor Piero Baglioni, del proyecto NANOFORART, explica el modo en el que su equipo ha desarrollado nanomateriales avanzados de utilidad para la conservación preventiva de obras de arte.

Los libros y las obras de arte ofrecen información fundamental para conocer la historia, pero el tiempo no pasa en balde y la conservación de estas ventanas al pasado resulta más y más difícil. NANOFORART podría ofrecer una solución a este problema. El equipo al cargo del proyecto se propuso superar las limitaciones que presentan las técnicas de restauración tradicionales y desarrollar nanomateriales muy prometedores que podrían comercializarse en breve. Muchos son los turistas que acuden a exposiciones y museos de arte para conocer mejor el país que visitan. Las obras de arte singulares aportan un interés enorme a la cultura y la historia, y su comercialización supone una parte importante de la economía contemporánea. Según la Fundación Europea de Bellas Artes (TEFAF), el mercado mundial del arte generó en 2013 cerca de 47 420 millones de euros. Todo lo anterior ofrece una explicación de por qué la conservación del arte es un tema que cada vez atrae más atención. Las obras de arte más antiguas sufren los estragos del paso del tiempo y las técnicas de restauración tradicionales generan problemas importantes de compatibilidad fisicoquímica con las sustancias que contienen los artefactos, pudiendo además ser tóxicas. Los materiales más utilizados para las labores de restauración, como los recubrimientos de polímeros sintéticos o materiales inorgánicos, poseen una composición diferente a la de los artefactos originales que hace que se alteren sus propiedades principales. El proyecto NANOFORART («Nano-materials for the conservation and preservation of movable and immovable artworks») ofrece soluciones al respecto. Este proyecto de tres años de duración y que termina este mismo mes desarrolló nanomateriales avanzados con los que efectuar labores de conservación preventiva de obras de arte. En esta entrevista exclusiva para la revista de resultados de research*eu, el profesor Piero Baglioni explica en mayor profundidad las principales ventajas que ofrecen estos productos nuevos, los progresos de su equipo, la fecha de comercialización propuesta y lo que cabe esperar de Horizonte 2020. ¿Cuáles son los objetivos principales del proyecto? La falta de compatibilidad fisicoquímica entre los artefactos y los materiales de restauración así como la toxicidad de los segundos fueron las dos razones principales que nos impulsaron a proponer el proyecto NANOFORART. Desde la década de los noventa trabajábamos en el desarrollo de metodologías de conservación eficaces, una actividad que nos aportó reconocimiento en la comunidad científica y en el colectivo dedicado a la conservación. Nuestro objetivo principal era el de mejorar metodologías ya desarrolladas en el laboratorio y comprobadas en parte en varios talleres sobre conservación celebrados en todo el mundo para lograr que estuvieran disponibles a gran escala. Para ello se utilizaron nanomateriales cuyas características fisicoquímicas eran compatibles con los componentes de las obras de arte y que no fueran tóxicas o presentaran un nivel de toxicidad significativamente reducido en comparación con los materiales de restauración tradicionales como los disolventes. ¿Qué innovaciones aportan las soluciones propuestas? Los nanomateriales avanzados con los que hemos trabajado permiten controlar de un modo más preciso la labor restauradora. Por ejemplo, las labores de limpieza controlada pueden llevarse a cabo con microemulsiones e hidrogeles químicos que sustituyan a los métodos de limpieza tradicionales. Los métodos que proponemos resultan más fiables que los tradicionales y, en varios casos, ofrecen un proceso de restauración más gradual y lento, o sea, más seguro. En términos generales, los métodos nuevos evitan la necesidad de realizar intervenciones posteriores al garantizar la estabilidad a largo plazo de los artefactos tratados, a diferencia de las intervenciones tradicionales «rápidas», que pueden presentar ciertas desventajas. ¿Qué justifica la ausencia de progresos en las técnicas de conservación? Podemos tomar como ejemplo un mural o un cuadro. Desde el punto de vista fisicoquímico, la pintura cuenta normalmente con una estructura estratificada en la que la capa superficial suele ser la que contiene la parte pintada. Además, los materiales suelen ser por lo general porosos o poseer una composición compleja, es decir, pueden clasificarse como materiales compuestos y, por tanto, es necesario acudir a la ciencia de los materiales y de superficies y coloides para comprender estos materiales y protegerlos de los posibles procesos de degradación. Para abordar de un modo adecuado la conservación es necesario transferir conocimientos de estos campos a profesionales expertos en humanidades y arte. Este proceso no es siempre todo lo sencillo que cabría esperar. Precisa gran dedicación y mecanismos de cooperación estrictos entre múltiples instituciones y grupos interdisciplinarios distintos. Estas interacciones ya existían antes de NANOFORART, pero se dedicaban de manera prácticamente exclusiva a desarrollar técnicas de diagnóstico avanzado con las que caracterizar las obras de arte y sus procesos de degradación. Si bien resultan necesarias, estas técnicas de diagnóstico no pueden considerarse el único método para llevar a cabo la tarea de restauración. Cabe comparar la conservación del patrimonio cultural con la medicina y establecer un paralelismo entre las obras de arte y los pacientes: las técnicas de diagnóstico resultan fundamentales para conocer la enfermedad (los procesos de degradación), pero deben apoyarse en el desarrollo de medicamentos (materiales de restauración avanzados) para curar al paciente (restaurar la obra de arte). Estas son las razones principales que han frenado hasta ahora el progreso de las técnicas de conservación. ¿Cuáles han sido las principales dificultades para el desarrollo de estos materiales nuevos? Si se dispone del conocimiento adecuado, no existen obstáculos extraordinarios al desarrollo de materiales nuevos. La principal dificultad se encuentra en la lentitud del proceso de optimización de los materiales desarrollados, un proceso para el que además es necesario contar con conocimientos muy profundos de campos multidisciplinares. La cantidad de procesos de degradación que sufren muy distintas obras de arte obliga a desarrollar materiales y metodologías cuya formulación entraña dificultades considerables en cuanto a recursos humanos. ¿Qué rendimiento prevé en comparación con las tecnologías existentes en la actualidad? Los nuevos materiales que hemos desarrollado difieren considerablemente de los métodos tradicionales. Están diseñados específicamente para la tarea de conservación y aprovechan ideas y soluciones proporcionadas por las ciencias de los coloides y los materiales avanzados y más en general de las nanociencias. Estos materiales permiten dar solución a problemas de degradación y, al mismo tiempo, respetar las propiedades fisicoquímicas de los artefactos originales, fundamental para la estabilidad a largo plazo de las obras de arte tratadas y su disponibilidad para las generaciones futuras. Son múltiples los casos que demuestran que los materiales tradicionales pueden resultar perjudiciales para las obras de arte, como por ejemplo los murales tratados con polímeros de vinilo y acrílicos que dañan gravemente la pintura y que en numerosas ocasiones han provocado la pérdida de las superficies pintadas. ¿Cuáles son los materiales más prometedores que ha desarrollado? En el proyecto hemos logrado producir y ensayar varios materiales nuevos destinados a la conservación de obras de arte y cuatro de ellos se muestran muy prometedores. El primero es la dispersión de nanopartículas de hidróxido de calcio en alcoholes de cadena corta cuya función es consolidar murales, yesos y piedra. Este material refuerza los artefactos sin alterar sus propiedades físicoquímicas. El segundo es la dispersión de nanopartículas alcalinas en alcoholes de cadena corta o agua para controlar el pH de obras de arte móviles como el papel, el pergamino o el cuero. Estos materiales resultan extremadamente útiles a la hora de limitar la degradación oxidativa y acídica de manuscritos y documentos históricos o de archivo. Generamos además fluidos de limpieza nanoestructurados como por ejemplo microemulsiones de aceite en agua para eliminar suciedad y recubrimientos no deseados en obras de arte. Una de las ventajas principales del empleo de estos fluidos reside en que ejercen un impacto ecotoxicológico menor que las mezclas de disolventes convencionales y aun así proporcionan una limpieza de gran eficacia. Por último, creamos contenedores como por ejemplo geles químicos para administrar y emitir de manera controlada fluidos de limpieza en superficies sensibles al agua como el papel, el pergamino y el cuero. Estos geles no dejan residuos al aplicarse en la superficie de los artefactos, a diferencia de los espesantes similares a los geles tradicionales. ¿Cuándo prevé la comercialización de esta tecnología? Ya hay dispersiones de nanopartículas de hidróxido de calcio para la consolidación de murales, yeso y piedra que están a disposición de los conservadores de todo el mundo bajo la marca Nanorestore®. Bajo la marca Nanorestore Paper® se comercializarán nanopartículas que controlan el pH de las obras de arte móviles (por ejemplo el papel, el pergamino o los lienzos); y como Nanorestore Gel® y Nanorestore Cleaning® se comercializarán geles y microemulsiones para limpiar murales y cuadros. Estas tecnologías estarán disponibles en breve. ¿Qué etapas restan del proyecto? ¿Tienen algo planeado para después de su conclusión? Existe todavía una laguna en las estrategias y los materiales de preservación de trabajos modernos y contemporáneos, como es el caso de las pinturas acrílicas, las esculturas de plástico y los trabajos compuestos que incluyen metal, tejidos, polímeros, etc. Por ejemplo, varios artistas posteriores a 1940 utilizaron y experimentaron con materiales completamente distintos a los del arte clásico y, por tanto, no es posible conservarlos con las metodologías disponibles hoy en día. Estos artefactos sufren a menudo procesos de degradación extremadamente rápidos y existe el riesgo de que parte de este patrimonio se pierda en los próximos cien años si no se encuentran soluciones eficaces. Por esta razón proponemos para Horizonte 2020 un proyecto nuevo titulado NANORESTART («Nanomaterials for the REStorartion of the works of modern ART, to highlight the new start with respect to classic art conservation») con el que ofrecer técnicas para conservar obras de arte modernas y contemporáneas. Para dar con una solución hemos iniciado una cooperación singular en la que participan instituciones científicas y expertos en ciencias de los materiales, museos de gran relevancia, centros de conservación y profesionales con experiencia en el campo de la conservación del arte moderno. También contaremos con socios industriales de primer orden para lograr ampliar la escala de producción de los materiales de restauración que desarrollemos y participar en la transferencia de tecnología que colme las necesidades del mercado.

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Italia