El álamo, uno de los árboles preferidos para obtener biocombustibles
La biomasa constituye una alternativa importante a los combustibles fósiles. Algunos árboles como el álamo son especialmente interesantes para el cultivo energético porque pueden crecer en tierras marginales y reúnen características de crecimiento idóneas. A través del proyecto «Enhancing poplar traits for energy applications» (ENERGYPOPLAR), estos científicos financiados con fondos comunitarios han descubierto varios procesos genéticos que intervienen en el crecimiento, el rendimiento y la estructura del álamo. Concretamente, los investigadores se ocuparon de los mecanismos responsables de la producción de celulosa, ya que cuanto mayor es el contenido en celulosa, más eficiente es el biocombustible. Sin embargo, el material vegetal también está formado por una sustancia más dura que se conoce como lignina y por ello los científicos trataron de buscar fórmulas para reducir su producción. Entre otros muchos hallazgos significativos, lograron identificar varios genes que podrían intervenir en el crecimiento de las raíces y los troncos y también en la producción de lignina. El equipo también desarrolló métodos para medir la lignina y la celulosa. Asimismo, se descubrió que existen mutaciones genéticas con baja lignina que se dan de forma natural, lo que abre el camino hacia el cultivo de variedades con bajos niveles de lignina sin necesidad de recurrir a la ingeniería genética. Además del trabajo genético llevado a cabo con los álamos, los investigadores estudiaron la sostenibilidad medioambiental y económica de este árbol en condiciones diversas. El objetivo era identificar aquellas variedades que usan el agua de un modo más eficaz. En el proyecto ENERGYPOPLAR se aplicó un enfoque biológico y holístico para optimizar el rendimiento, la composición y la estructura de la pared celular del álamo con el fin de lograr una producción eficiente de biocombustibles. Asimismo, se desarrollaron nuevas variedades con características de crecimiento mejoradas en entornos con bajos insumos. Estos avances son importantes, ya que el biocombustible está llamado a convertirse en una pieza clave de la estrategia europea de mitigación del cambio climático.