Proteger las obras de piedra de los ataques microbianos
Las amenazas que pesan sobre nuestro patrimonio cultural no se limitan a fuerzas físicas y químicas como la erosión y la lluvia ácida. En el caso de los enemigos biológicos, se trata de microorganismos que pueden soportar un aluvión de condiciones adversas que incluyen dosis elevadas de radiación ultravioleta (UV) y concentraciones altas de sal, así como ambientes oligotróficos en los que apenas si hay nutrientes. Para hacer frente a los ataques microbianos que reciben las obras de piedra al aire libre, los socios del proyecto Bioattach («Agentes biológicos que atacan activamente las obras de piedra del patrimonio cultural») se propusieron identificar los agentes microbianos más perniciosos para las mismas. Además, determinaron los papeles que desempeñan determinados microbios en el deterioro, así como los componentes activos que intervienen en dicho proceso. Los científicos del proyecto estudiaron diversos artefactos de piedra arenisca en el Castillo de Portchester, cerca de Portsmouth (Reino Unido). El estudio incluyó un análisis in situ de los cambios en la piedra que acarrean las exfoliaciones y la capa de costra negra. Otros datos adicionales se obtuvieron a partir de estudios en cámaras de laboratorio de discos de piedra enriquecidos artificialmente, que permitieron a los investigadores estudiar el crecimiento y desarrollo de las comunidades microbianas en cámaras climáticas de envejecimiento acelerado. Por otra parte, los socios de Bioattach tomaron muestras de ADN y ARN y las analizaron mediante toda una serie de técnicas vanguardistas como la reacción en cadena de polimerasa (PCR), seguida de la secuenciación de genes por pirosecuenciación (o secuenciación 454), análisis de secuencias del gen 16S rRNA y electroforesis. Los datos obtenidos de las extracciones de material genético revelaron que los microbios que más predominaban eran las bacterias verdes no sulfurosas del filo Chloroflexi, las actinobacterias, las bacterias extremófilas Deinococcus, las proteobacterias, las cianobacterias, las bacteroidetas y las arqueobacterias halófilas. En las alteraciones de la piedra había una diversidad mayor de bacterias que de arqueobacterias. Entre los grupos tróficos presentes cabe señalar las bacterias oxidantes del amoníaco y las bacterias desnitrificantes. Gracias al estudio de cultivos y al análisis de secuencias de genes rRNA, los socios del proyecto obtuvieron datos sobre la actividad metabólica de los microorganismos. Una vez más, quedó demostrada una importante presencia de bacterias oxidantes del amoníaco como Nitrosospira y organismos halófilos representativos pertenecientes a los géneros Streptococcus y Pseudomonas. Los análisis también facilitaron información sobre la sucesión microbiana en la colonización de la superficie de los discos de piedra. Los resultados del proyecto son numerosos e incluyen nuevas colaboraciones internacionales entre instituciones interesadas en la conservación del patrimonio y destacados expertos europeos en el biodeterioro de las obras de piedra. Pero quizás lo más importante sea que la aplicación de tecnología punta para resolver el problema del deterioro de las obras de piedra da testimonio de que la ciencia está a punto de encontrar una solución sostenible al mismo.