Reducir las emisiones nocivas procedentes de la combustión de biomasa
A la vista de la creciente dependencia de Europa de los combustibles fósiles, la biomasa aparece como una alternativa atractiva para garantizar la seguridad del suministro y la producción de energía sostenible. La combustión de biomasa es una fuente de combustible relativamente barata, sobre todo cuando lo que se quema son residuos y subproductos como la paja y el serrín. Los cultivos energéticos como el pasto varilla, el álamo o el sauce, que se cultivan para crear materia prima, son otra fuente de combustible de bajo coste. Pero pese a los recientes avances en tecnología de combustión, la quema de biomasa presenta el inconveniente de que provoca una mayor contaminación atmosférica que los combustibles para calefacción convencionales. El proyecto Bioash («Problemas relacionados con la ceniza y los aerosoles en la combustión y cocombustión de biomasa»), cuyo objetivo era investigar la manera de reducir la emisión de compuestos que forman cenizas, estudió los sistemas de lecho fijo y de combustible pulverizado. Los investigadores del proyecto también analizaron la cocombustión o quema conjunta, proceso en el que se sustituye parte de los combustibles fósiles por una alternativa renovable que genere menos emisiones de carbono. Bioash se centró en el desarrollo de nuevas tecnologías rentables y eficientes para la deposición de aerosoles en unidades de combustión de biomasa a pequeña escala. Los socios del proyecto mejoraron las herramientas de simulación asistidas por ordenador para elaborar modelos avanzados que, a partir de datos sobre el comportamiento de liberación de los elementos formadores de cenizas procedentes del combustible, permitan predecir la formación de aerosoles (partículas inferiores a una micra) y depósitos. Una de las principales líneas de investigación se refirió a los efectos de las emisiones sobre la salud de las personas. Los investigadores cuantificaron la liberación de elementos formadores de aerosoles habitualmente presentes en la biomasa tales como el potasio, el sodio, el azufre, el zinc o el plomo. También compararon las pruebas de toxicidad a corto plazo de las emisiones particuladas procedentes de la combustión y la quema conjunta de biomasa con las procedentes de la combustión de carbón y de los gases de los tubos de escape. Los socios del proyecto desarrollaron una herramienta de predicción para la formación de depósitos, fácil de utilizar, destinada a las partes interesadas de la industria, incluidos los fabricantes de calderas y las empresas de ingeniería interesadas en diseños de calderas y hornos eficientes. Además, investigando la posibilidad de reducir las emisiones de aerosoles, probaron un nuevo intercambiador de calor del condensador de aerosoles. Esta innovación se basa en el principio de la condensación de los vapores formadores de aerosoles en la superficie del intercambiador de calor. En algunos países europeos, la combustión de biomasa representa una parte importante de la producción de energía renovable. Los resultados del proyecto Bioash encierran la promesa de limpiar las emisiones y aumentar la eficacia de esta alternativa al consumo de combustibles fósiles.