Seguridad alimentaria y económica gracias a un antiguo cultivo
El amaranto, un tipo de planta invasiva con alto contenido en proteínas y sin gluten, era la principal fuente de alimento en Méjico y Sudamérica hace miles de años. Tiene la capacidad de florecer de manera sencilla y abundante en los climas cálidos y áridos de las regiones anteriormente mencionadas, conociéndose en la actualidad alrededor de cincuenta especies de esta planta. A pesar del elevado interés que ha suscitado el amaranto, la evaluación de las propiedades de algunas de sus especies con el objetivo de cultivarlas de manera selectiva no ha sido posible hasta la realización de modernos avances tecnológicos. El objetivo del proyecto Amaranth:Future-Food («Aumento del valor del cereal sagrado: desarrollo de las herramientas adecuadas para la explotación del amaranto, el cereal rico en proteínas de los aztecas»), compuesto por once miembros internacionales, consistió en sentar las bases para una explotación efectiva y sostenible del amaranto, en relación a la seguridad alimentaria y a su comercialización para ayudar a poblaciones vulnerables. Tal y como demostró el equipo del proyecto, el cultivo selectivo de amaranto permite obtener plantas con determinadas características, siendo posible cultivar esta planta de manera sencilla en diferentes condiciones climáticas y de suelo. Además del empleo de la planta como alimento tanto para humanos como para ganado, el aceite de amaranto resulta particularmente interesante para la industria farmacéutica, debido a su potencial interés como suplemento nutritivo, así como para la industria cosmética para su empleo en diversos productos corporales y capilares. Por tanto, esta especie tiene un gran valor comercial como cultivo. En resumen, las modernas tecnologías han permitido a los investigadores del proyecto Amaranth:Future-Food, financiados por la UE, manipular y caracterizar el amaranto como cultivo con interés alimentario e industrial para poblaciones vulnerables de regiones cálidas y áridas. Los resultados del proyecto apoyan el potencial de esta antigua planta invasiva con alto contenido en proteínas para proporcionar de nuevo cierta seguridad alimentaria y económica a Sudamérica y Centroamérica, así como a otras regiones similares del mundo.