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Identity and biogeochemical role of chemoautotrophic prokaryotes in aquatic ecosystems

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El plancton polar desvela los secretos del ciclo del carbono

El estudio de microorganismos marinos estudiados en las regiones polares ha aportado información valiosa acerca de la función del dióxido de carbono (CO2), un gas de efecto invernadero, en los ecosistemas acuáticos.

La fijación del carbono permite que el gas CO2 de la atmósfera terráquea se convierta en un compuesto sólido por la acción de organismos conocidos como autótrofos, capaces de producir su propio alimento. Este proceso lo propicia la fotosíntesis y consiste en la conversión del CO2 en azúcares. Sin embargo, los microorganismos quimioautótrofos pueden fijar el CO2 sin usar la luz. Si bien este proceso es muy habitual en los sistemas naturales y desempeña una función importante en el ciclo del carbono, la fijación del CO2 en un entorno oscuro no ha sido objeto de estudios exhaustivos. El proyecto financiado con fondos comunitarios «Identidad y función biogeoquímica de las procariotas quimioautótrofas en ecosistemas acuáticos» (Identity and biogeochemical role of chemoautotrophic prokaryotes in aquatic ecosystems, Chemoarch) ha investigado el proceso de la fijación de CO2 en entornos oscuros de sistemas acuáticos mediante la identificación de microorganismos y el estudio de la abundancia y la actividad metabólica de los mismos. Los investigadores han examinado también los principales factores que determinan la distribución de los microorganismos en el medio ambiente. Los científicos del proyecto Chemoarch que estudian los microorganismos conocidos como crenarqueotas, pertenecientes al grupo de las arqueas, han visitado la Antártida y el Ártico. Las crenarqueotas abundan en las regiones polares, pero se sabe muy poco acerca de su diversidad y de su relación con el entorno. Los investigadores han descubierto que, aunque la mayoría de las crenarqueotas presentes en aguas de la Antártida y del Ártico son quimioautótrofas, fijan menos CO2 del esperado. Los científicos han hallado una gran variedad de arqueas en diferentes masas de agua antárticas, lo que indica que las condiciones medioambientales influyen en su diversidad. Los socios del proyecto también han identificado bacterias marinas árticas que asimilan el CO2 en entornos de oscuridad. Los resultados han revelado que este proceso podría resultar importante para el metabolismo y la supervivencia de las bacterias polares. La fructífera labor del proyecto Chemoarch servirá para ampliar el conocimiento de la función biogeoquímica de las arqueas en los sistemas polares. Debido a la extraordinaria sensibilidad de estos ecosistemas al cambio climático global, comprender los mecanismos subyacentes de la bioquímica de cada área geográfica supone una prioridad para científicos y legisladores por igual.

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