Alternativa óptica al silicio para la electrónica del futuro
Gracias a su estructura organizada, los cristales fotónicos tienen la capacidad de conducir luz de una longitud de onda en particular. Las demás frecuencias quedan bloqueadas y no pueden interferir en el funcionamiento correcto de los cristales. Ya en los años 80 los investigadores podían reproducir series de este tipo de cristales fotónicos que se podían utilizar en la industria electrónica. Sin embargo, había un inconveniente. Se comprobó que eran extremadamente caros de construir. El proyecto PHAT («Arquitecturas fotónicas híbridas basadas en cristales bidimensionales y tridimensionales»), financiado por la Unión Europea, ha sido capaz de desarrollar un cristal fotónico mucho más fácil y económico de fabricar, y listo para integrar en chips de silicio. Sin embargo, la integración de cristales fotónicos en chips de silicio no es fácil. El tamaño de los componentes ópticos plantea dificultades porque suelen ser mucho más grandes que sus equivalentes electrónicos. Los investigadores de PHAT han combinado cristales fotónicos bidimensionales y tridimensionales. De este modo, sería posible reducir el tamaño de los chips informáticos completamente ópticos hasta una fracción del tamaño de los procesadores de silicio estándar. En particular, se ensamblaron ópalos artificiales extraídos de 10 perlas de silicio con un diámetro de tan sólo unos cientos de nanómetros, logrando reunir cristales bidimensionales y tridimensionales. El proyecto PHAT finalizó en 2007 con la fabricación con éxito del primer cristal fotónico tridimensional integrado con guías de onda, que canaliza la luz hacia donde sea necesario. El método de fabricación del cristal fue patentado por dos de los socios del proyecto, el Instituto Nacional Tyndall (Irlanda) y el Centro de Investigación Técnica de Finlandia. Esto supone un avance significativo en cristales fotónicos y nos acerca un paso más a los chips totalmente ópticos para ordenadores y sistemas de comunicaciones.