Aceite de semillas de más calidad
La presencia de grandes cantidades de ácido erúcico y ésteres de cera permite aumentar la calidad de los aceites. Lo ideal es que los usuarios puedan adquirir el aceite a un coste razonable, en grandes cantidades y en el momento que lo necesiten. La ingeniería genética (IG) es una forma de conseguir esto. El proyecto «Industrial crops producing added value oils for novel chemicals» (ICON) analizó la producción de aceites de valor añadido mediante la utilización de tecnologías IG. Los socios del proyecto seleccionaron tres variedades industriales de cultivo de aceite —Crambe abyssinica, Brassica carinata y Camelina sativa— para llevar a cabo su estudio. Además, se actuó con mucha precaución al presentar abiertamente las ideas y hallazgos del proyecto así como para tener en cuenta la inquietud y el escepticismo de la opinión pública europea en relación con la IG. El equipo investigador de este proyecto consiguió un aumento de la cantidad de ácido erúcico en los aceites mediante la manipulación de tres genes. En un experimento, los investigadores fueron capaces de incrementar con éxito los niveles de ácido erúcico en la C. abyssinica de 59 % en el fenotipo silvestre (sin modificar) hasta 72 % en la planta modificada genéticamente . El equipo científico consiguió clonar más de treinta genes de reductasa de ácido graso (FAR) y sintasa de cera (WS) para continuar caracterizando su comportamiento en la síntesis del éster de cera, sustancia de gran interés debido a su utilización en las grasas de lubricación. La aplicación de tecnología génica a la agricultura está prácticamente bloqueada en la UE, aunque este proyecto marca un punto de partida para la integración de la IG en el fitomejoramiento. La práctica está dirigida a facilitar el desarrollo de materiales renovables innovadores de valor añadido, lo cual permitiría optimizar los beneficios económicos y medioambientales de manera evidente.