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Function and dynamics of Lmo4-containing complexes during erythropoiesis

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Los secretos moleculares de los glóbulos rojos

Un grupo de científicos europeos está investigando los aspectos más básicos de la formación de los glóbulos rojos, una labor que podría mejorar notablemente los tratamientos contra trastornos sanguíneos como la anemia.

Los glóbulos rojos se encargan de suministrar oxígeno a las células del organismo, que consumen una gran cantidad de energía. Una consecuencia de la escasez o la disfunción de los glóbulos rojos es la anemia, que se caracteriza por los síntomas de debilidad y falta de energía y puede desembocar en patologías cardiovasculares. En los niños, la anemia puede afectar a la función neurológica y causar dificultades de aprendizaje y alteraciones del comportamiento. Para llegar al fondo de los trastornos relacionados con el desarrollo de los glóbulos rojos, el proyecto comunitario Lmofundyn indagó en el complejo proceso por el que el organismo humano consigue generar casi 2,5 millones de glóbulos rojos nuevos por segundo. Sus investigadores se centraron en la red de los factores de transcripción (FT), proteínas especiales que se adhieren al ADN para controlar la primera etapa de la producción de una proteína relacionada con los glóbulos rojos. Más concretamente, los investigadores analizaron una importante familia de genes y sus proteínas, las LMO. La función de LMO2 en la formación de los glóbulos rojos es bien conocida, pero no se puede decir lo mismo de LMO4. Para desentrañar las rutas en las que interviene ésta última, Lmofundyn recurrió a la manipulación genética aplicando técnicas de laboratorio convencionales y también otros métodos más innovadores. Una de las técnicas consiste en marcar un gen y después buscar su proteína codificada, que también portará la marca. Para buscar éstas últimas los investigadores del proyecto emplearon espectrometría de masas y encontraron nada menos que 52 moléculas asociadas al gen LMO4. Para codificar una proteína, el gen LMO4 está dotado de zonas con formas específicas que se acoplan a otras moléculas asociadas. Para su localización, los científicos utilizaron un método de nueva factura denominado ChIP-Seq (inmunoprecipitación de cromatina y secuenciación). Esta técnica la utilizaron para relacionar con precisión los puntos de enlace globales de todas las proteínas de interés. Otro método empleado fue el silenciamiento génico (knock-down), que consiste en desactivar genes para que sean incapaces de producir sus proteínas. De esta manera se impide la expresión del gen y el nivel proteico es más bajo o incluso nulo. Además de la identificación de nuevas sustancias bioquímicas asociadas a LMO4, los científicos consiguieron otro logro destacable, y es que reunieron por primera vez indicios de una nueva función de esta proteína. Concretamente se ha descubierto que la proteína puede actuar como represor génico en determinadas circunstancias en el transcurso de la síntesis de los glóbulos rojos. La maraña de rutas que intervienen en la producción de los glóbulos rojos es de una complejidad formidable. El proyecto Lmofundyn ha realizado importantes avances para dilucidar algunas de ellas. Su labor contribuirá a la constante tarea de modelización de las redes de factores de transcripción de las proteínas generadoras de glóbulos rojos.

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