El potencial óptimo del mezclado de combustibles
En el ámbito de la producción de calor y electricidad se ha reducido el uso de combustibles fósiles con el fin de cumplir la política comunitaria relativa a la disminución de las emisiones de CO2. En consecuencia, se ha recurrido a biocombustibles como fuentes alternativas viables para la producción de energía. Sin embargo, su uso tiene contrapartidas en lo que se refiere a las condiciones de combustión, a saber, la volatilización de elementos y la formación de partículas. Un ejemplo de ello son los metales tóxicos (MT) como el plomo, el cromo, el cadmio y sobre todo el mercurio, que aparecen alterados en compuestos formados a raíz de procesos de oxidación, reducción y sorción. Por estas razones, el proyecto TOMERED ha estudiado los cambios de comportamiento que se producen en el transcurso de la emisión de MT durante la (co-)combustión de mezclas de biocombustibles y carbón. Al mismo tiempo, se han buscado formas de reducir las emisiones experimentando con diversas mezclas de combustibles y aplicando sorbentes de bajo coste y sistemas de limpieza de múltiples contaminantes. La solución radica en la implantación de medidas primarias como el uso de mezclas de combustible bajas en emisiones de MT, lo cual evita la necesidad de emplear aparatos adicionales y de modificar sustancialmente los procesos. Se evaluó si las mezclas conllevaban alguna interacción y los resultados de los ensayos correspondientes sirvieron para redactar protocolos de mezclado de combustible. Esta estrategia basada en el mezclado de combustibles presenta grandes posibilidades, al ser rentable y también versátil en cuanto a su validez para diversos combustibles, como el carbono, la biomasa o los residuos.