Estudio sobre los métodos de limpieza de los órganos
La amenaza de la corrosión se gesta en los conductos de muchos de estos instrumentos clásicos. Debido a que muchos de estos órganos están formados por tubos de plomo, la acumulación de aldehídos, componentes orgánicos volátiles y ácidos orgánicos da lugar a condiciones corrosivas en su interior. El mantenimiento de estos tubos es una tarea más complicada de lo que uno se puede imaginar, pues la limpieza de un órgano, de su cámara y su sistema de tubos puede llevar semanas. De hecho, su limpieza, que requiere desmontar las piezas, podría dañar la integridad estructural de los tubos. Debido a que muchos de estos tubos son viejos y están fabricados con plomo, son blandos y maleables, por lo que si se tratan de forma inadecuada se podrían deformar y se distorsionaría su calidad acústica. Así pues, el proyecto COLLAPSE, financiado con fondos comunitarios, ha llevado a cabo un estudio exhaustivo sobre la limpieza de los órganos con el fin de no deteriorar ni dañar sus sistemas de tubos. Sus socios investigaron diversos materiales y metodologías de limpieza, así como medidas preventivas para reducir la corrosión de los tubos. Entre otros hallazgos, descubrieron que la corrosión se originaba en el sistema de conductos de viento. Por tanto, los socios de este proyecto investigaron métodos para tomar muestras de los componentes corrosivos a fin de evaluar si la caja del órgano corre el riesgo de sufrir daños por el efecto de sustancias químicas. Así pues, el objetivo del proyecto no es simplemente proteger los tubos de plomo del órgano, sino también su valor como patrimonio cultural.