Nanodispositivos del futuro basados en el ADN
Desde hace millones de años, el ADN es el responsable de almacenar la información genética en todos los seres vivos. Un consorcio internacional de siete universidades y centros de investigación se propuso poner esta molécula formada por una larga cadena en un nuevo contexto. Separadas de su origen biológico, las hélices dobles de ADN artificial fueron modificadas de tal forma que podían usarse como elementos estructurales clave para dispositivos nanoelectrónicos moleculares autoorganizados. Los ambiciosos objetivos del proyecto DNA BASED NANOWIRES, consistentes en descubrir nuevas técnicas para la fabricación biosintética de nanocables, nos acercan al extraordinario adelanto de la miniaturización de dispositivos nanoelectrónicos. Los objetivos no se limitaban a explotar la capacidad del ADN para reconocer secuencias complementarias que dan lugar al potencial de autoensamblaje de los derivados del ADN. Los socios del proyecto en la Universidad Hebrea de Jerusalén se centraron en los resultados aparentemente contradictorios relacionados con la capacidad del ADN de transportar cargas eléctricas. Para ello, se desarrolló un enfoque experimental que permitió medir las corrientes eléctricas que fluyen a través de las moléculas de ADN y, lo que es más importante, los resultados reproducibles para una amplia variedad de muestras. Más en concreto, se midieron las corrientes que atraviesan las moléculas de ADN bicatenario integrado en una monocapa autoensamblada de ADN monocatenario y añadido por medios químicos a los dos extremos de un sustrato metálico en extremos opuestos. Con la ayuda de un microscopio de fuerza atómica conductivo se observó que la corriente que fluye a través de las moléculas de ADN bicatenario era de 220 nanoAmperios a 2 voltios. Este resultado confirmó la capacidad de las moléculas de ADN para transportar cargas eléctricas en condiciones controladas y también demostró la eficiencia del ADN monocatenario como capa aislante. Sin embargo, los investigadores han centrado su atención en un nuevo tipo de molécula basada en ADN, la G4-ADN, dado que se demostró que las moléculas bicatenarias eran muy sensibles a las condiciones ambientales.