Prioridad a la seguridad de los pasajeros menores de edad
La seguridad de los vehículos es esencial para reducir el número de accidentes y lesiones y, en muchos casos, para evitar la pérdida de vidas humanas. Desde la invención de los vehículos de motor esto ha sido una cuestión prioritaria. Por este motivo, hemos sido testigos de la creación de numerosas organizaciones con el único objetivo de impulsar la mejora de las normas que regulan la seguridad de los vehículos. Ya en 1958, la Organización de las Naciones Unidas creó el Foro Mundial para la Armonización de los Reglamentos sobre Vehículos. Muchas organizaciones no gubernamentales (ONG) y políticos han venido reclamando desde entonces la mejora de los reglamentos, y la industria ha actuado incorporando mejores normas de seguridad en el diseño de los vehículos, como la inclusión de air bags como equipamiento de serie. En todo este proceso, resulta sorprendente que los reglamentos específicos sobre seguridad de los niños hayan recibido mucha menos atención que los relativos a la seguridad de los adultos. Se han realizado numerosas investigaciones para realizar progresos en los medios de seguridad para adultos en los vehículos, pero poco se sabe sobre métodos para mejorar la seguridad de los niños en los vehículos. El proyecto de investigación CHILD se fijó objetivos específicos para tratar de equilibrar la situación. Su principal objetivo era desarrollar criterios sobre lesiones para diferentes partes corporales del niño. Se llevaron a cabo reconstrucciones de accidentes reales en laboratorios de pruebas de choques. Se definieron los parámetros físicos en condiciones de impacto frontal y lateral. A partir de estos resultados se definieron los umbrales para que se produzcan lesiones y se elaboraron curvas de riesgos de lesión. Los datos pueden ser considerados esenciales para el desarrollo de nuevos procedimientos de prueba que puedan usarse para evaluar el nivel de protección ofrecido por los sistemas de sujeción para niños.