El reciclaje de fibras de vidrio y de carbono
El sector transportes necesita importantes mejoras en el rendimiento del combustible para reducir el impacto medioambiental. Los ingenieros se han planteado la posibilidad de sustituir el acero convencional con metales ligeros como el aluminio e incluso otros materiales compuestos de última generación. En concreto, la rigidez y resistencia de los plásticos reforzados con fibras de vidrio y carbono (PRF) ha atraído mucho interés. KEMA Nederland BV puso en marcha el proyecto europeo de investigación REACT para potenciar el uso de materiales compuestos de desecho como refuerzos. El precio elevado de las materias primas que se consumen en estos materiales compuestos dificultan el uso a gran escala de plásticos reforzados con fibras; por ello, se propuso recuperar las fibras de los productos de desecho y que han alcanzado el final de su vida útil. En la actualidad, la mayoría de los residuos generados como consecuencia del uso y la producción de compuestos de fibra de vidrio y de carbono, cuya vida útil es casi infinita, se depositan en vertederos. Dado que las normativas europeas limitan los productos que se pueden depositar en vertederos, varios productores de PRF, una empresa de reciclaje y varios centros de investigación unieron sus fuerzas para desarrollar una tecnología avanzada de reciclaje de PRF. Los socios del proyecto utilizaron los procesos de reciclaje existentes como base para dar un paso hacia adelante y disminuir los costes de producción de los PRF. Se probaron varios materiales compuestos de desecho para identificar y posteriormente resolver los problemas del sistema de recolección de residuos. Los reciclados más valiosos podrían producirse mediante un sistema para reducir su tamaño y llevar a cabo la activación superficial. Durante la desintegración del material compuesto mediante granulación o pirolisis catalítica, se separó el plástico que rodea a las fibras reforzantes y por tanto éstas se pudieron reutilizar como material de relleno activo.