Vectores virales para la inhibición de capilares tumorales
La angiogénesis, por la que se desarrollan nuevos vasos sanguíneos, se produce en muchos procesos. Por ejemplo, la fase inicial o proliferativa de la cicatrización de heridas se caracteriza por la angiogénesis y constituye una parte vital de la regeneración de los tejidos. Sin embargo, la angiogénesis se produce también en situaciones menos deseables, como el desarrollo de tumores y las enfermedades reumáticas. La magnitud de la capilarización y su densidad hacen posible la metástasis de los tumores, es decir su propagación a otros órganos. En un esfuerzo por encontrar terapias eficaces contra el cáncer, el proyecto ANTI TUMOR ANGIOGENESIS, financiado con fondos comunitarios, investigó la base molecular que condiciona el inicio del desarrollo de vasos sanguíneos. La angiogénesis está controlada por cuatro proteínas en la capa endotélica de los vasos sanguíneos que controlan las señales de la multiplicación celular, la migración y la formación de capilares. El objetivo era determinar la base molecular de estas señales y, a partir de ahí, desarrollar terapias. El equipo del proyecto de la Universidad de Groningen usó en concreto un adenovirus como vector para las proteínas endotélicas responsables de la vascularización. Se usaron tres estrategias para abordar las proteínas. También se diseñaron métodos para proteger al virus del sistema inmunológico. Se creó una adenocuerpo mediante la fusión de un péptido y un anticuerpo (S11). El péptido guiaba al virus hasta la superficie de la célula y a los receptores del crecimiento. El virus estaba protegido frente a los ataques del sistema inmunológico gracias al componente del anticuerpo. En segundo lugar, mediante la adición de glicol polietileno al virus para generar una molécula PEG, se intentó impedir que el sistema inmunológico reconociera el virus. Al igual que en la prueba con el adenocuerpo, un péptido anclado a la molécula PEG guió al virus hacia los receptores de la superficie celular. Se observó que la modificación genética era superior a la pegilación y al uso de adenocuerpos. De este modo, se consiguió una estructura estable que no se veía afectada por factores externos. Mediante esta modificación se logró llegar a las integrinas, que son receptores de la superficie celular. Los conocimientos sobre las rutas bioquímicas en la angiogénesis, la focalización eficaz de las proteínas implicadas y la protección frente al sistema inmunológico forman la base de una terapia contra los tumores eficaz. Los vectores adenovirales para la consecución de moléculas modificadas específicamente pueden actuar como modificadores eficaces de procesos indeseables como angiogénesis. Representación esquemática de adenovirus dirigido a un endotelio tumoral empleando un angio-adenocuerpo. V-S11, T-S11 e I-S11 reconocen, respectivamente, los receptores de VEGFR2, Tie2 y la integrina αvβ3.