Nuevo enfoque de la energía renovable
La captura y el almacenamiento de carbono es una tecnología que se ha sumado recientemente al debate en torno a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. El reto de reducir el nivel de estas emisiones acapara gran parte del debate sobre el medio ambiente desde hace ya muchos años. Por fin los responsables políticos y la comunidad científica han llegado a un consenso en cuanto a que es necesaria, como mínimo, la descarbonización parcial de la producción de energía. Huelga decir que éste es un reto ambicioso de lograr en la práctica. Por ello, como es debido, se está dedicando más atención a explorar opciones que van más allá de la transición de los combustibles fósiles intensivos en carbono (el carbón y el petróleo) a combustibles de bajo contenido en carbono. El trabajo de investigación mencionado, redactado en el Centro de Investigación Energética (Energy Research Centre) de los Países Bajos, toma el relevo del proyecto TRANSUST. Se fundamenta en respuestas aportadas por sus miembros sobre el grado en que los modelos creados en el proyecto simulan la CCS y las tecnologías de energía renovable. El proyecto TRANSUST deparó once modelos, y en el artículo se afirma que, de ellos, en realidad sólo unos pocos contemplan la CCS y las tecnologías de energía renovable. Los que sí lo hacen investigan la importancia a largo plazo en diversas situaciones hipotéticas de energía y cambio climático. En el documento se ofrecen unas recomendaciones de cara al futuro desarrollo de modelos. En primer lugar, se recomienda avanzar en los modelos que no contemplan la CCS y las energías renovables, por lo que respecta a afinar y mejorar la simulación de la aplicación de estas tecnologías. Se hace hincapié en que actualmente no se tienen suficientemente en cuenta los posibles efectos ambientales externos del almacenamiento de carbono. Se destaca que se debe intentar incorporar sus efectos a la generación actual de modelos integrales de evaluación.