Estudio detallado de esos misteriosos cuerpos celestes llamados exoplanetas
Cuando pensamos en planetas, tendemos a pensar en los ocho que orbitan alrededor de nuestro Sol, pero los planetas no son exclusivos de nuestro sistema solar. De hecho, hasta la fecha, los científicos han confirmado la existencia de al menos cinco mil planetas que orbitan alrededor de otras estrellas. Entonces, ¿qué sabemos de estos llamados exoplanetas? Muy poco. «Sabemos que los planetas rocosos como la Tierra abundan en la Vía Láctea, pero no hemos tenido herramientas para estudiar su atmósfera, clima, habitabilidad o la posible existencia de vida extraterrestre», comenta Ignas Snellen, astrónomo de la Universidad de Leiden. Sin embargo, ahora, gracias a los avances en espectroscopia, los astrónomos pueden estudiar con mayor detalle estos misteriosos exoplanetas rocosos. Y, gracias al apoyo del proyecto financiado con fondos europeos EXOPLANETBIO, eso es exactamente lo que hizo Snellen.
Nada menos que un punto de inflexión
El pilar de este proyecto que recibió el apoyo del Consejo Europeo de Investigación es CRIRES+, un espectrógrafo infrarrojo de alta resolución y dispersión cruzada instalado recientemente en el Telescopio Muy Grande o Very Large Telescope (VLT) situado en el Observatorio Europeo Austral en Chile. Como mejora del instrumento CRIRES original, CRIRES+ multiplica por diez el rango de longitudes de onda del VLT. K es una unidad astronómica de longitud. «CRIRES+ supone un verdadero punto de inflexión, ya que desplaza el centro de atención de la investigación atmosférica de los gigantes calientes de entre 1 000 y 15 000 k, como Júpiter, a planetas más fríos de entre 400 y 700 k, como Neptuno y las supertierras», explica Snellen.
Un descubrimiento revolucionario
Mediante este instrumento, Snellen pudo evaluar la velocidad de rotación de los planetas, un indicador clave de su masa y edad. Además, estudió las atmósferas de supertierras frías y determinó los perfiles vertical y longitudinal de la temperatura atmosférica de exoplanetas calientes similares a Júpiter. Pero el mayor logro de este trabajo fue la detección por primera vez de un isótopo menor (carbono-13) en la atmósfera de un exoplaneta. El revolucionario descubrimiento se produjo en TYC 8998-760-1 b, un exoplaneta gaseoso situado a 30 años luz en la constelación de Musca. Aunque no lo saben con certeza, los investigadores creen que el carbono es el resultado de que el planeta se formó a una distancia considerable de su estrella madre, TYC 8998-760-1, situada a unos 310 años luz de la Tierra. «La investigación de los isótopos tiene el potencial de decirnos más sobre cómo se forman y evolucionan los planetas, y esta investigación es un primer paso importante en lo que esperamos sea un largo camino de descubrimientos», añade Snellen.
Más investigaciones futuras
El gran bloque de tiempo de observación en el VLT que se le concedió al equipo de EXOPLANETBIO da una idea de la relevancia de este hallazgo. «Se nos concedió la cifra inaudita de catorce noches de tiempo de observación, que utilizaremos para seguir investigando los isótopos de carbono en una serie de objetos, no solo exoplanetas, sino también enanas marrones», concluye Snellen. El resultado de este trabajo constituirá la base de dos o tres nuevas tesis doctorales.
Palabras clave
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