¿Qué papel puede desempeñar la justicia social durante las perturbaciones del mercado laboral?
Gracias a la digitalización del lugar de trabajo, la demanda de mano de obra poco cualificada está disminuyendo, por lo que muchos trabajadores se quedan sin empleo o aceptan trabajos precarios, a menudo mal pagados y en malas condiciones, dentro de la denominada «economía de bolos». Esta tendencia repercute en la vida familiar, especialmente en las personas menores y mayores, agravando aún más las desigualdades sociales y económicas ya existentes. Sin embargo, las tendencias del mercado laboral a menudo se analizan en términos económicos, limitándose a debates sobre eficiencia y beneficios. «Ello resta importancia a la influencia de la cooperación social y a los debates sobre derechos y responsabilidades», afirma Andrew Williams, coordinador del proyecto SOJUFOW, que estudió los mercados laborales a través de la perspectiva de la justicia social. El proyecto SOJUFOW se llevó a cabo con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie (MSCA, por sus siglas en inglés). «Queríamos mostrar a los responsables políticos que una filosofía política basada en datos empíricos puede ayudar a responder a los grandes cambios económicos», añade Tom Parr, beneficiario de una beca MSCA. «Nuestra principal conclusión es que los gobiernos de la Unión Europea deben esforzarse mucho más para mejorar la capacidad de negociación de los miembros más desfavorecidos de la sociedad».
Diseños institucionales
En el proyecto SOJUFOW se aplicó la metodología de teóricos pioneros como John Rawls, Susan Moller Okin y Ronald Dworkin a los debates actuales. Los investigadores se plantearon la cuestión de cómo diseñar las instituciones partiendo de la hipótesis optimista de que los individuos actúan como corresponde o, por el contrario, de la hipótesis (posiblemente más realista) de que la injusticia está siempre presente. Unas metodologías teóricas que Rawls denomina «ideales» y «no ideales». «Abordamos diversos debates científicos de carácter social, además de cuestiones morales más abstractas sobre cómo las instituciones equitativas deberían protegernos de la discriminación y la explotación, repartiendo las fortunas y las desgracias», explica Williams. Tras abordar los temores sobre las consecuencias de la automatización, Parr llegó a la conclusión de que, a pesar de las previsiones más extendidas sobre un desempleo involuntario y generalizado, la mayor parte de los datos empíricos aún no confirman estas visiones distópicas. En el proyecto SOJUFOW tampoco se han encontrado pruebas que respalden las predicciones más utópicas sobre la consecución de un mundo en el que las máquinas inteligentes nos liberen del trabajo rutinario. Sin embargo, el proyecto identificó las formas en que los avances tecnológicos ejercen una influencia más sutil. Por ejemplo, la automatización tiene implicaciones en el horario laboral, en las tecnologías de vigilancia y en la forma de controlar a los empleados. «Los avances tecnológicos inéditos, especialmente la inteligencia artificial, sin duda repercuten en nuestras vidas, pero no de la forma que a menudo se menciona en los medios de comunicación. El peligro es que los cambios graduales pasen desapercibidos», señala Parr.
Implicaciones políticas
La principal conclusión del proyecto fue que los gobiernos tienen la responsabilidad de esforzarse más por mejorar la capacidad de negociación de los miembros menos favorecidos de la sociedad. Partiendo de la base de que la combinación exacta variará según el contexto, en el proyecto SOJUFOW se destacan tres mecanismos para formular políticas. En primer lugar, dotar a las personas con las cualificaciones que desean los posibles empleadores invirtiendo en programas de aprendizaje permanente y reciclaje profesional, para incentivar a las empresas a invertir en mano de obra en vez de en tecnologías. En segundo lugar, mejorar la negociación colectiva a través de sindicatos o instituciones alternativas, como las juntas de acuerdos salariales. «La reciente oleada de huelgas en Europa demuestra la necesidad de que los gobiernos reconozcan la validez de este mecanismo», añade Parr. Por último, proporcionar a los trabajadores alternativas como una renta básica universal, que ofrezcan más libertad para dejar el empleo de forma voluntaria sin perder prestaciones. De este modo, se podría reequilibrar la relación de fuerzas entre empresarios y trabajadores (con una baja cualificación) y ofrecer a los empleados la posibilidad de reciclarse profesionalmente, interrumpir su carrera profesional o participar en actividades de voluntariado, entre otras opciones.
El trabajo del futuro
En la actualidad, Parr está escribiendo un libro a partir de los hallazgos en el proyecto SOJUFOW, que publicará Oxford University Press. Asimismo, está estudiando si existen motivos de peso para que los gobiernos promuevan el trabajo a domicilio, sobre todo como derecho legal. «Así se podrían mejorar las oportunidades de empleo de las mujeres, los trabajadores mayores y las personas con discapacidad, quienes suelen carecer de capacidad de negociación y, por lo tanto, tienen más probabilidades de aprovechar las medidas gubernamentales», afirma Parr.
Palabras clave
SOJUFOW, digitalización, laboral, automatización, trabajo, ingresos, huelga, empleo, justicia social, cualificación, gobiernos